Tribuna
Alianza de municipios turísticos de sol y playa
Alcalde de Salou
Salou ha sido un caso paradigmático del desarrollo y la evolución del fenómeno turístico en la costa de Catalunya, cuando a partir de los años 60 empieza a crecer la demanda de destinos de sol y playa. Su realidad natural y geográfica le permitió consolidar una gran infraestructura turística especializada a partir del aprovechamiento del mar, la playa y el sol, como principales motivos y activos vacacionales; hasta llegar a crear uno de los grandes referentes vacacionales de ocio y entretenimiento de España especializado en turismo familiar, turismo deportivo y turismo de parques temáticos, con la implantación de proyectos como PortAventura World Parcs & Ressorts; Ferrari Land; LUMINE Mediterranean Beach & Golf; el Complejo Deportivo Futbol Salou, y el próximo Complejo Turístico Integrado (conocido como BCN World), que posicionará Salou como líder absoluto en Europa del sector “meetings incentive conventions events”.
Pero la actividad turística y los servicios en destinos de sol y playa plantean hoy una serie de cuestiones, desafíos y retos, que hay que afrontar y atacar de forma integral si se quiere mantener un estándar elevado con vistas a la excelencia; y con unidad de criterios y suma de esfuerzos si se pretende la mayor capacidad para defender intereses comunes y conseguir objetivos.
Por ello, los principales municipios españoles de sol y playa: Salou, Benidorm, Torremolinos, LLoret de Mar, Calvià, San Bartolomé de Tirajana, Adeje y Arona; han formalizado una “alianza” que tuvo lugar en la sede de la OMT de Madrid, el pasado 21 de marzo, contando con su implicación y con el apoyo de la CEHAT.
Destinos turísticos que demuestran que el producto turístico de sol y playa sigue siendo un modelo consolidado y de éxito; y que ha sido y sigue siendo el verdadero motor de la actividad turística española con una posición de liderazgo evidente, porque en su conjunto acogen casi 70 millones de pernoctaciones al año.
Sin duda los 8 municipios firmantes compartimos una realidad similar des del punto de vista de la prestación de servicios y des del punto de vista de las problemáticas y servitudes que genera el modelo de actividad turística, por sus características y singularidades.
Está claro que para mantener nuestra actividad y nuestra capacidad de atracción hay que tener también capacidad para revisar, modernizar y reconvertir de forma integral nuestros destinos, de acuerdo con las nuevas demandas, exigencias y tendencias del mercado; para, de este modo, impulsar un crecimiento cualitativo y un modelo rediseñado más competitivo, donde prever una mayor segmentación evolucionando hacia un concepto de destino “experiencial”.
Por lo tanto, un reto compartido es abordar la máxima calidad urbana y de nuestros servicios con criterios de sostenibilidad, en sintonía con la planificación y desarrollo de una oferta vacacional diversificada que complemente la principal preferencia de sol y playa con otro tipo de experiencias; incrementando el valor del producto con nuevas marcas, recursos turísticos y categorías de productos innovadores, capaces de operar todo el año y de generar más satisfacción al turista para fidelizar su estancia.
Es importante señalar que todo ello generará más economía en nuestros municipios, más empleo y más progreso; y por lo tanto más prosperidad, más calidad de vida, y más bienestar social.
Todo ello, evidentemente, requiere un esfuerzo inversor si queremos garantizar la calidad urbana y la calidad de los servicios que los municipios prestamos. Un coste añadido si queremos mantener los servicios con suficiencia y calidad para una población estacional; con lo cual se nos hace necesario poder incrementar los recursos para hacer frente al gasto derivado de la actividad turística.
En este sentido, la declaración de principios e intenciones firmada por esta “alianza” tiene como objetivos importantes la reivindicación de un nuevo sistema específico de financiación de los municipios turísticos, que permita incrementar las provisiones presupuestarias con suficiencia mediante una mayor participación en los ingresos del Estado y aquellos procedentes de las respectivas CCAA y de la CE; y crear un espacio de reflexión y de debate para intercambiar experiencias y conocimientos sobre nuestra similar realidad, con el propósito de establecer mecanismos de cooperación y de coordinación para el diseño de políticas y estrategias comunes en ámbitos tan diversos como la planificación urbanística y de la movilidad, la gestión de los servicios y espacios públicos, o la optimización de los recursos; siempre teniendo en cuenta la modernización y la renovación integral de los destinos, y su impulso sostenible e inteligente.