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El alcalde de Torredembarra pone en peligro un contrato de más de 3,5 millones de euros

Regidor de Cs de l’Ajuntament de Torredembarra

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Este verano una mala acción del alcalde Rovira ha puesto en peligro uno de los contratos más importantes del municipio y por supuesto de este mandato: el de servicio de recogida y transporte de residuos.

Actuó de manera unilateral y sin ningún tipo de consenso con los partidos de la oposición, no es ninguna novedad. Lo que sí es novedoso y preocupante, es que a pesar de que el partido mayoritario de la oposición le advirtiera del procedimiento administrativo que procede en este tipo de contratos, el alcalde reincida una vez más en su característica manera de hacer: ordeno y mando.

La ley de contratación pública es muy clara, dice que en aquel contrato superior al 10% de los recursos ordinarios del municipio o en su defecto que supere los 6M€, el órgano de contratación es el Pleno. Así pues, reitera evitando el máximo órgano de control y de contratación, el Pleno en el que estamos representados todos los ciudadanos de Torredembarra.

Pues bien, Rovira pretendía resolver las alegaciones presentadas por una de las empresas concursantes por un decreto propio y no a través del Pleno. Consecuencia: Acto administrativo nulo, pues lo emite un órgano con falta de competencia en la materia.

Debía ser el Pleno quien resolviera tales alegaciones, pero no entraba en los planes de Rovira.

El grupo municipal de Cs advirtió al alcalde que su pretensión, al margen de ir en contra radicalmente de la transparencia y de la cortesía política ante los grupos de la oposición, no era posible puesto que él como alcalde no tiene la competencia para decidir sobre un contrato de más de 3,5M€.

Finalmente, Rovira optó por una alternativa completamente opaca, sin contar con la oposición y sin ningún tipo de vinculación jurídica. Envió al Tribunal de Contratación del Sector Público las alegaciones resueltas únicamente por la mesa de contratación sin contar con el Plenario.

Lo hizo para que el Tribunal fuera avanzando, aunque el informe de rechazo de las alegaciones no estuviera aprobado y dio por hecho que se aprobaría en el pleno ordinario del mes de septiembre, omitiendo y silenciando por completo a los grupos que no están en el equipo de gobierno.

Un ejemplo más de la nula capacidad de diálogo y de llegar a consensos con la oposición.

En consecuencia, Ciudadanos Torredembarra se vio obligado a presentar una carta ante el Tribunal de Contratación poniendo en conocimiento del mismo que la documentación librada por la administración de Rovira era papel mojado. Actualmente, el proceso de contratación está suspendido a la espera de que el Tribunal resuelva las alegaciones.

Cómo en otros casos, Rovira no siguió el procedimiento administrativo pertinente y no convocó un pleno monográfico con el único objetivo de evitar el debate, evitar defender el motivo por el cual se rechazan las alegaciones y lo más importante, para evitar la crítica jurídico-política de mi grupo. Prueba de ello es que dio a la oposición la ridiculez de 3 minutos para defender uno de los contratos más caros y que más sacrificio les suponen a los ciudadanos de Torredembarra.

En realidad, la decisión estaba tomada en cuanto la documentación ya la tenía el Tribunal.

En conclusión, Rovira ha puesto en peligro un contrato millonario necesario para Torredembarra y no es la primera vez. Hablamos de los contratos más importantes de este municipio, muchos de ellos con recursos interpuestos y Rovira, en vez de seguir una política de eficacia y transparencia, opta por todo lo contrario. No porque lo diga mi grupo en numerosas ocasiones, sino porque incluso el Tribunal de Contratación del Sector Público lo dictó en su resolución núm. 184, de 22 de diciembre de 2017, tumbando el contrato de limpieza viaria por falta de transparencia, entre otros motivos.

Si Rovira tuviera un poco de decoro y de respeto hacia los grupos de la oposición, abriría un hilo de diálogo para llevar a Torredembarra donde se merece. Es una evidencia que por culpa de su unilateralidad llevamos 3 años y medio de recursos, de contenciosos-administrativos y de un gasto enormemente exagerado en defensa jurídica por parte de un gobierno que ha hecho del sectarismo una de sus señas de identidad.

A la espera de la resolución del Tribunal le pedimos al alcalde que no piense en él, que piense en los contribuyentes, que piense en esos vecinos molestos por el actual servicio de recogida de residuos que pagan religiosamente sus impuestos y se merecen una mejora necesaria del servicio.

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