Tribuna
El tiempo pasa y los test no llegan
Ex senador y Diputado
En España desde una larga distancia, nos llegaban las informaciones de los primeros casos del COVID-19, aparecían en diciembre del 2019 en la ciudad de Wuhan en la China, lo que creíamos que se producía a una distancia de nosotros y que nunca nos llegaría, pues llego. El día 13 de febrero de este año, se registra el primer fallecimiento por el virus en nuestro país, pero no es hasta el 2 de marzo que arranca con preocupación la pandemia en España, situando a nuestro país en el record de fallecimientos por habitante del mundo, pese a los avisos que la OMS y la UE alertaron al Gobierno de España, sobre la gravedad del COVID-19 el pasado mes de Enero, azotando de una forma muy cruel a nuestros mayores y grupos de patologías clínicas delicadas. Cuando escribo este articulo el maldito virus ha segado la vida de 20.162 personas con nombres y apellidos, que se sepa oficialmente por el método de recuento que se esta aplicando.
Voy a ser fiel a mi compromiso personal que, mientras este vigente el Estado de Alarma, no voy a entrar en un debate político sobre la gestión de la pandemia en nuestro país, por un motivo de sentido común y ética personal, lo que toca en estos momentos es salvar vidas y ello obliga a estas alturas avanzadas de la gestión, conseguir dos objetivos fundamentales, a parte de los efectos económicos que esta pandemia va a ocasionar y que en otro articulo tratare de comentar.
El más urgente de todos ellos son las pruebas multitudinarias que puedan indicar la situación real que se encuentra la población, con ello podremos saber los casos positivos asintomáticos y tener un control de aislamiento de estos para evitar el contagio con los que han dado negativo, bien aquellos que pasaron la enfermedad sin síntomas o los que no llegaron a infectarse. Estos últimos podrían ir incorporándose paulatinamente a sus quehaceres habituales diarios, reduciendo su peligro de contagio. Los test son sin duda alguna la mejor arma que tenemos para ganar esta guerra, utilizando el lenguaje bélico del Presidente del Gobierno de España al que nos tiene acostumbrados en sus comparecencias en medios. Sin un control real de la situación, continuaremos con el goteo permanente de contagios y muertes que cada día nos llegan de los canales informativos oficiales. En este menester debe concentrar todas sus fuerzas el Gobierno de Pedro Sánchez, vamos a contrarreloj y no se pueden cometer más errores, que incrementan la crispación y desesperación de los ciudadanos, a veces con toda la razón y evitar también, especulaciones que crean un alarmismo e impotencia innecesarias si el problema estuviera verdaderamente solucionado.
Una vez se tenga un control sanitario de toda la población, reitero, solo podrá ser cuando se tengan los anhelados y necesarios test, tendremos entonces que esperar al desenfrenado trabajo que están realizando los científicos para conseguir una vacuna efectiva. Son muchas las informaciones objetivas que nos están llegando sobre los avances de la vacuna, la verdad es que son esperanzadoras, por lo cual, si cuando se consiga hemos logrado tener un control de la población infectada, este simple hecho debería producir una bajada considerable de contagiados y por lo tanto de muertes, pero también contribuira muy mucho en la administración la vacuna. Una vez se tenga la vacuna podremos suministrarla en primer lugar a los grupos de riesgo, seguidos de aquellos que son positivos y no mucho más tarde a los negativos. Mientras tanto vamos navegando en un submarino sin sonar, ni tampoco periscopio, vamos improvisando de acuerdo con los golpes que desde el exterior la nave va sufriendo en su nada fácil travesía.