Tribuna
Mas Pellicer: territorio comanche
Membre de la junta directiva d’Entre Veïns
Pasan los años, pasan las legislaturas, pasan los regidores, y en Mas Pellicer todo sigue igual o peor. Llevamos años de promesas incumplidas, de fotografías vacías que solo sirven para postureo en las redes sociales, de palabras que esconden mentiras, de políticos mediocres, los de nuestra ciudad, que aparecen cada cuatro años para preguntarnos los problemas del barrio y ofrecernos soluciones mágicas que, como tales, no existen. La realidad es obstinada y deja en muy mal lugar a todos los que, con una responsabilidad pública, la de trabajar por su ciudad y sus vecinos, eso sí, con un buen sueldo que les pagamos entre todos, se dedican a escaquear el bulto.
Insistiré una vez más en los graves problemas de convivencia entre las diferentes culturas que mal conviven en el barrio, situación que evidencia una falta de planificación por parte de Servicios Sociales y Guardia Urbana, entre otros, y que pone de manifiesto que se han protegido a determinados colectivos, los considerados afines políticamente, perjudicando a otros; insisteremos en las decenas, sí decenas, de vehículos abandonados que se acumulan en nuestras calles ante la atenta mirada de la Guardia Urbana y sus mil y una excusas; y hablando de excusas, el récord absoluto se lo lleva Via Pública, que lleva años prometiendo mejoras en el alumbrado, en las aceras, en los bloques, sin que todavía haya una solución; o podemos incidir en los problemas de seguridad del barrio, con la triste actuación de la Guardia Urbana, que cerró la comisaria de proximidad sin avisarnos, una actuación que tampoco nos sorprende despues de tantos años de pasotismo; o podemos hablar de los conflictos en las comunidades de propietarios, de las ocupaciones ilegales, etcétera, etcétera
Probablemente alguien considere que exageramos y que no puede ser para tanto. A quien así lo piense le invitamos a vivir una semana en el barrio, si aguanta. Y el ayuntamiento claro que ha hecho muchas cosas: innumerables reuniones vacías de contenido, que se traducen en horas perdidas y que sólo sirven para que los responsables políticos las relacionen en sus memorias de gestión y cuelguen la foto en sus redes sociales. Antes, a veces, de vez en cuando se dejaban caer por el barrio, pero ahora ni eso. Mas Pellicer para ellos es territorio comanche y por aquí no asoman nada más que las ratas y los chorizos. Territorio comanche porque, como dice Anturo Pérez-Reverte, «tu instinto te dice que pares el coche y des media vuelta; donde siempre parece a punto de anochecer y caminas pegado a las paredes, hacia los tiros que suenan a lo lejos, mientras escuchas el ruido de tus pasos sobre los cristales rotos». Esta cita define mejor que nada la situación que estamos viviendo y eso que Pérez-Reverte no visitó el barrio.
Des del barrio, un gran barrio, con una gran gente, no nos cansaremos de pedir dignidad; de ser considerados como iguales respecto a otros barrios y no como un barrio de tercera; de reivindicar nuestro derecho básico de vivir en libertad, cívicamente, con los servicios mínimos cubiertos. Para ello nos ofrecemos para participar, a la vez que exigimos al ayuntamiento, una comunicación leal, una planificación conjunta de las actuaciones urgentes, una dignificación del barrio, una voluntad real de servir a nuestros vecinos, más allá de las palabras y las promesas incumplidas. Queremos, porque lo somos, ser un vecinos de Reus.