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Elecciones al Parlament de Andalucía

Exsenador i diputat

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Las próximas elecciones al Parlamento de Andalucía del día 19 de junio, son unos comicios que, aparte de la propia importancia que suponen para el propio territorio andaluz, son la antesala de lo que puede ocurrir en las próximas elecciones generales. Pedro Sánchez sabe muy bien que, dichas elecciones son decisivas para en que un futuro, continúe ocupando la Moncloa, por lo tanto, la Presidencia del Gobierno de España. De ganar el PP de Juanma Moreno, no le salvarían ni sus compis de coalición de gobierno, ni tampoco sus colegas independentistas o proetarras, de pasar a una más que merecida oposición.

Las encuestas predicen que el PP ganaría las próximas elecciones en Andalucía, con una amplia mayoría, le daría entre unos 45 y 47 escaños, le faltarían 10 diputados para conseguir la mayoría absoluta y así, no tener que depender de ninguna formación política con representación en el Palacio de San Telmo. En segundo lugar, quedaría el PSOE de Juan Espadas, que obtendría entre 31 y 33 escaños en la cámara andaluza, mientras Vox se consolidaría como tercera fuerza política, obteniendo entre 17 y 18 diputados.

Ciudadanos continúa en su debacle electoral, pasaría de segunda fuerza política a la sexta, con un resultado de 1 o 2 escaños, dejando de ser el socio preferente del PP en el gobierno. El bloque de izquierda Por Andalucía se quedaría entre 8 y 9 diputados, Adelante Andalucía de Teresa Rodríguez obtendría entre 3 y 4 escaños. Pero como muy bien dijo Alberto Núñez Feijóo, hace pocos días en Málaga: «Hoy por hoy no hay ni un solo voto en las urnas».

Lo que sí es cierto es que, el PP andaluz se consolida como futuro gobierno de Andalucía, acabando con el feudo eterno del PSOE, resultado este que responde a la buena gestión de Juanma Moreno en el gobierno andaluz. Su buen hacer y proximidad a los andaluces, le ha posibilitado ganarse la mayoría de la confianza del electorado, con una campaña electoral centrada en la gestión, como instrumento principal de solución a los problemas de los ciudadanos de Andalucía.

La formación de centroderecha del PP andaluz, en estos momentos centra sus esfuerzos en tener una mayoría suficiente, para no tener que depender o ser rehén de otras formaciones políticas, en concreto aquella que se sitúa a su derecha en el espacio electoral, me refiero como es obvio a Vox, que no se contenta con un voto de abstención, para así facilitar un gobierno de centroderecha, sino más bien, en su afán de ser investidos socios de gobierno, sabiendo que con ello se corre el riesgo de que gobierne la izquierda.

Para la formación política de Vox, Cataluña va a tener un papel destacado en su rendimiento electoral, no se le escapa la rentabilidad que le brinda el independentismo catalán. Prueba de ello es cuando Vox, el 1 de junio, busca como simbólico pistoletazo de salida de la contienda electoral andaluza, la localidad catalana de Cornellà, siendo consciente de los miles de andaluces que llegaron a Cataluña o bien, sus descendientes, que siendo catalanes tienen un apego sentimental con Andalucía, aunque la excusa fuese la celebración de la entrada de Vox en el Parlament de Catalunya, los delatan los guiños de las intervenciones que se centraban más, en intereses electoralistas en vistas a las próximas elecciones andaluzas, que no de celebración alguna, ni que decir que su coherencia en la desaparición de las comunidades autónomas, solo lo haga aludiendo a Cataluña.

Es lo que tiene el populismo de escaparate electoral, que busca la compra compulsiva y una vez se obtiene el producto, se pone en duda la utilidad práctica del mismo. Tampoco Vox no repara en esfuerzos estratégicos, que en nada se tienen que criticar, cuando forman parte del debate electoral, con la salvedad de aquellos casos que rozan lo éticamente político, con el único propósito de debilitar al contrincante que no enemigo político, tratando de llevarse los votos del caladero electoral situado más a la derecha del PP, con aquella conocida frase «de la derecha floja», simplemente por ser una formación política que apuesta por la concordia y no el enfrentamiento o permanente insulto.

Mientras, el PSOE de Pedro Sánchez, se obsesiona más con las encuestas que dan vencedor al PP, tratando por todos los medios de debilitarlo, sin aportar soluciones a los problemas de los andaluces. Esta vez de nada le sirve utilizar la palabra corrupción, que tan buenos resultados le ha dado en otros tiempos y ocasiones, ya que su formación política en Andalucía, ha batido todos los récords de corrupción en toda la historia de España: 700 millones de euros, 300 los acusados, entre ellos 2 expresidentes de gobierno de la Junta de Andalucía, así como exconsejeros y altos cargos de los anteriores gobiernos socialistas en Andalucía.

Ahora Pedro Sánchez apuesta por hacer un llamamiento a la movilización del orgullo rojo, que no centrar su campaña en su debilitado partido, porque es consciente que no le es rentable, incluso para este movimiento ya tiene un eslogan: «Que viene el coco», me recuerda el nombre de un grabado de la serie Los Caprichos del pintor español Francisco de Goya. Está claro que para Pedro Sánchez el coco es Vox, ocultando al electorado que el máximo responsable de que el coco gobierne, es su propio partido, simplemente con una abstención en la investidura de Juanma Moreno como presidente del Gobierno de Andalucía, se acaba el hipotético miedo.

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