Tribuna
Contratos fijos discontinuos
Exdiputat i senador
Los datos del paro publicados a finales de diciembre del 2022, han sido motivo para el gobierno PSOE-Podemos, así como la de sus socios de ERC y BILDU, sin dejar al margen, los sindicatos mayoritarios de la UGT y CCOO, para justificar el «éxito» de la tan cacareada reforma laboral. Todos ellos, en su momento, se jactaban de anunciar por activa y pasiva la derogación de la reforma laboral de Mariano Rajoy, eso sí, dejando al margen al PP de cualquier negociación, cuando representa una alternativa real de gobierno, en vez de llegar a pactos de estado, en un tema de importancia, como es una reforma laboral, garantizando así su funcionamiento en el tiempo, ante los posibles cambios gubernamentales, como muy bien se hizo en su momento con los Pactos de Toledo. Al final no dejó de ser una reforma de la reforma laboral de Mariano Rajoy y la ministra Fátima Báñez, cuya innovación, se centraba en el impacto mediático de la contratación indefinida, con la intención de erradicar la precariedad del empleo, voluntad genéricamente aceptada por todos los actores del mercado laboral, pero que la realidad, salvo no se informe convenientemente, es otra. Con los datos publicados del paro del año 2022, por muchos cohetes que se quieran lanzar al aire, para celebrar el descenso de paro y el incremento de la contratación indefinida, si se analizan bien, llegaremos a la conclusión que no es oro todo lo que reluce. Si de los 18,3 millones de los contratos firmados, fueron 7 millones los indefinidos, un incremento del 232% y 11,3 millones correspondían a temporales, suponiendo estos últimos una caída del 34,7%, estos datos los atribuyen a la entrada en vigor de la reforma laboral, que trataba de erradicar la temporalidad. De la contratación indefinida, unos 3,3 millones hacen referencia a contratos fijos discontinuos, representando un 47%, es decir, aquellos que se les contabiliza como indefinidos, cuando en la realidad, pueden estar en el paro cobrando el desempleo y no activos laboralmente, en resumidas cuentas, los temporales se podrían situar en unos 13 millones de contratos, es decir, un 72% de los todos los contratos realizados en el 2022.
Ante las solicitudes de información, tanto de las formaciones políticas en la oposición, así como de expertos en temas laborales, en referencia a la falta de fiabilidad del registro de los contratos fijos discontinuos, la propia responsable de la cartera de trabajo del gobierno, me refiero a Yolanda Díaz, responde que es difícil contar con ese dato, porque no está «depurado estadísticamente», comprometiéndose a darlos; mientras el Secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez, añade: «en el momento que se cuente con una depuración estadística, que permita dar el dato con confianza y rigor, así lo haremos»; mientras el Ministro de Seguridad Social afirma: «Ya sabíamos, cuando se aprobó la reforma laboral, que al no computarse los fijos discontinuos como parados, eso iba a generar distorsión. Por eso hay que medir el empleo con las horas trabajadas. Ahora no tenemos una buena foto del mercado laboral». Los mismos responsables de las cifras de empleo y redactores de la reforma laboral, reconocen la poca fiabilidad de los datos.
Antes, el registro de contratos fijos discontinuos, era un dato poco relevante, por no decir insignificante, muy al contrario de la importancia que hoy ha adquirido con la reforma laboral, ese motivo, conllevaría la responsabilidad del gobierno en, publicar unos datos de forma detallada y específica a este tipo de contratación, quizás cambiando la metodología, basándola en horas trabajadas, como apuntan diversos expertos, para poder conocer de una forma fidedigna y objetiva, alejada de intereses partidistas, la evolución real del empleo en España y en este caso de la reforma laboral.
Las estadísticas exigen una publicación lo más detallada posible, con el fin de conocer de cerca la realidad del mercado laboral y consecuentemente la evolución económica de un país. Mientrastanto, nos queda la duda, si los más de 3,3 millones de fijos discontinuos están activos o en el paro.