Las urnas han hablado en Salou

El pasado domingo los salouenses tuvieron oportunidad de pronunciarse en las urnas, trasladándonos dos mensajes claros a la «clase política».

El primero de ellos de manera tácita, expresándose en índices de participación. Que únicamente un 47,70% de los salouenses con derecho a voto hayan depositado su papeleta en las urnas, debe hacernos reflexionar, y mucho, porque es el porcentaje más bajo que recuerdo en unas elecciones municipales. Que más del 50% de los electores no muestren interés en decidir quienes deben ser sus representantes durante los siguientes cuatro años no es un tema baladí, y yo asumo en primera persona la responsabilidad de que esto esté sucediendo, porque una parte de culpa la tenemos los políticos, al no ser capaces de generar la ilusión suficiente entre la ciudadanía para que esto no siga ocurriendo.

Es evidente, a los hechos me remito, que esa ilusión no se genera planificando una campaña repleta de actos pomposos y propuestas en negativo. Creo que aquellos que así lo han hecho se equivocan, porque estoy convencido de que los votantes están cansados de ver cómo los políticos gastamos dinero de manera indecente en campañas electorales y nos tiramos los trastos a la cabeza.

Me niego a pensar que las campañas electorales tengan que consistir en eso. La política municipal es la más cercana al ciudadano, y eso significa que aquellos que tenemos responsabilidades políticas debemos hacer todo lo posible por intentar mejorar la vida de nuestros vecinos, y os puedo asegurar que criticar a mis adversarios políticos, sin hacer propuestas en positivo, e invitar a macrofiestas no aporta nada. O nos esforzamos en cambiar la forma de hacer política, o mucho me temo que la desafección existente entre la sociedad civil y la «clase política» seguirá existiendo, traduciéndose en índices de abstención cada vez más preocupantes.

El segundo mensaje que nos han enviado las urnas es que los salouenses que han votado no han querido otorgarle la mayoría absoluta a ningún partido. Eso significa que aquellos que hemos obtenido representación debemos tener la capacidad de hablar, de dialogar, de ponernos de acuerdo, para que Salou prospere, olvidándonos de posicionamientos partidistas y priorizando el interés general del municipio.

Sólo espero que desde hoy hasta el 17 de junio, día en el que se constituirá el nuevo Ayuntamiento y se elegirá al futuro alcalde de Salou, todos los partidos estemos a la altura de las circunstancias, ya que lo contrario significará que esa desafección a la que me refería anteriormente siga acrecentándose. Y que a lo largo del mandato electoral, tanto desde el gobierno como desde la oposición, sea cual sea el rol que nos toque desempeñar, actuemos con honestidad, humildad y responsabilidad.

Os puedo asegurar que desde el Partido Popular de Salou actuaremos desde esa premisa, porque tengo el convencimiento de que los políticos somos pasajeros, pero Salou seguirá existiendo, y aquellos que tenemos responsabilidades políticas tenemos la obligación de dejar un legado del que nos sintamos orgullosos.