Tribuna
La Constitución: garantía de unidad, igualdad y convivencia
Ex diputat i senador
Después de las pasadas elecciones municipales y autonómicas, del pasado 28 de mayo, nadie duda del amplio triunfo del PP en la mayoría de capitales de provincia, concretamente en 30 ciudades, 24 de ellas con gobiernos en solitario, incluidas 13 con mayoría absoluta. Todas ellas cuentan con alcaldes del PP, igual que en los 459 municipios de toda España, superando al PSOE.
También el PP de Cataluña ha sido capaz de recuperar alcaldías como la de Castelldefels o Badalona, volviendo a recuperar concejales en ayuntamientos, donde en las elecciones del 2019 se perdió la representación municipal, a pesar del buen resultado del PSC-PSOE, fruto de la división del independentismo de ERC y JUNTS en Cataluña. El resultado se extiende también, en las CCAA donde se celebraron elecciones. En esta contienda el resultado del PP fue muy satisfactorio, ganando seis CCAA, entre ellas Valencia, Baleares o Aragón, como ejemplos, que le permite gobernar en 11 autonomías, de las 17 que cuenta España.
Sin tener un instante de desconexión y descanso, Pedro Sánchez convoca Elecciones Generales, precisamente en pleno verano, con altas temperaturas históricas y una gran mayoría de españoles de vacaciones, no con el propósito de facilitar el derecho a voto de los ciudadanos, muy al contrario, tratando de conseguir la abstención más alta posible.
El resultado de las municipales y autonómicas, ponía a Pedro Sánchez al borde de un rotundo batacazo electoral en las generales, aunque no fue de la magnitud esperada, sí que es cierto que perdió las elecciones, siendo el ganador de las mismas, Alberto Núñez Feijóo, por mucho que la izquierda e independentistas quieran ocultarlo, después de una campaña atroz, encaminada a despertar el miedo en los votantes, por los pactos del PP con VOX. Por lo tanto, a nadie le tiene que sorprender, que el Jefe del Estado, el Rey Felipe VI, encargase formar gobierno al ganador de los comicios electorales, es decir, al líder del PP Alberto Núñez Feijóo.
El resultado positivo del PP en las generales, también se produjo en Cataluña, donde se pasó de 2 a 6 diputados al Congreso, recuperando la provincia de Tarragona su representación, de haber respondido electoralmente las Tierras del Ebro a tiempo pasados, hoy serían 2 los diputados, sin descartar un senador, porque situaría al PP, en la segunda formación política en los resultados electorales, en la circunscripción electoral de la provincia de Tarragona.
Mientras España se encuentra inmersa en cuál será su futuro gobierno, si a quien le corresponde por ganar las elecciones generales, es decir a Alberto Núñez Feijóo o bien, más del sanchismo del PSOE, rehén una vez más, de la izquierda más rancia y del independentismo más extremo, el mismo que ha conseguido de Pedro Sánchez hasta el momento, el favor de los indultos, la despenalización de malversación de fondos públicos, aquellos que no se arrepienten del referéndum ilegal del 1 octubre de 2017, sino todo lo contrario, reafirmándose en que volverían hacerlo, los que ahora exigen amnistía y autodeterminación.
Me refiero a ERC y JUNTS, alguno de una forma más 'light', como el PNV, con el reconocimiento de la España plurinacional, sin descartar los incondicionales amigos de viaje de Pedro Sánchez, los proetarras de BILDU. A todos ellos les une una sola intención, una reforma constitucional que acabe con la unidad de España, la igualdad entre todos los españoles y me atrevería a decir, la Monarquía Parlamentaria. Quizás es que la ambición desmesurada de Pedro Sánchez le hace llegar a pensar que podría convertirse en presidente de una fantasiosa república.
Hoy es tremendamente difícil, por no decir imposible, llegar a acuerdos de Estado con el PSOE, basados en el respeto a la Constitución, la igualdad de todos los españoles y en la unidad de España. Prueba de ello es el rechazo de Pedro Sánchez a los acuerdos de Estado que le ofreció hace pocos días, Alberto Núñez Feijóo. Estoy seguro que una gran mayoría de socialistas del PSOE estarían de acuerdo, pero la dirección política actual del PSOE está muy lejos de la que conocimos en un pasado, la de Felipe González o Alfonso Guerra que, hicieron posible una transición política sin fisuras. Hoy el PSOE se encuentra sujeto a la dirección autoritaria y caprichosa de un General Secretario, Pedro Sánchez, que ha demostrado con creces no tener ningún tipo de escrúpulo para seguir mandando, al precio que sea, aferrado al poder, sin preocuparle de las consecuencias de sus generosas concesiones. Hoy no vivimos una etapa socialista, vivimos el más puro sanchismo que, me recuerda a algún régimen latinoamericano.