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La 'traición' de José Maria Aznar… o no

Diputada del PSC per Tarragona

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Lo cierto es que ni titubeó, ni la falló la voz. Al contrario, parecía firmemente convencido de hacer lo correcto. Estamos a mediados de noviembre de 1998, El PP tiene el Gobierno y el presidente Aznar una mayoría solida en el Congreso. Hace menos de un año que ETA ha asesinado al concejal Miguel Ángel Blanco, en un crimen que conmocionó al conjunto de la opinión pública por su crueldad.

Pues bien, en ese contexto el señor José María Aznar, presidente del Gobierno por el PP, se acercó al atril de la sala de prensa de la Moncloa y, como presidente de España, literalmente dijo: «Yo, personalmente, he autorizado contactos con el movimiento vasco de liberación.»

¿Qué 'movimiento de liberación' es ese? -se deben estar preguntando-. Pues bien, el líder del PP no se refería a Bildu, ni tan siquiera a la antigua Herri Batasuna, no, el que en estos días habla de la «traición de los socialistas» llamaba así a los terroristas de ETA que en aquel momento ya sumaban más de 800 víctimas mortales a su trayectoria criminal.

Dicho y hecho, unos negociadores del Gobierno de España delegados por el señor Aznar se reunieron con representantes etarras en Suiza, supongo que no para hablar del tiempo…

¿Había hablado el PP de negociar con ETA durante la campaña electoral o lo tenían en su programa? En absoluto, no tan solo no lo tenía, sino que negaba literalmente esta posibilidad: «con el PP en el Gobierno no habrá nunca negociación con los terroristas.» Y pasó justo lo contrario…

El mismo Aznar afirmaba entonces que si los terroristas abandonaban la violencia el sabría ser 'generoso'. Y empezó demostrando su 'generosidad' acercando a centenares de presos etarras a prisiones del País Vasco, por obra y gracia -repito- de un Gobierno del PP con una mayoría confortable en el Congreso.

Por cierto, ¿ha pedido alguna vez perdón el señor Aznar por calificar a los terroristas de ETA como 'movimiento de liberación'? Nunca. ¿Ha explicado en alguna ocasión que tuvo que lavarse los dientes varias veces después de ser el único presidente en democracia que se ha expresado en estos términos en relación a los terroristas? Tampoco. ¿O por hacer lo contrario de lo que dijo en campaña electoral? Menos aún. Qué cosas, sí.

Pues bien, no seré yo quien considere que Aznar fue un 'traidor' por haber hecho lo que hizo. Estoy convencida de que, como todos los presidentes en democracia, hizo lo posible por terminar con el terrorismo. En algún momento vio una oportunidad de acabar con ETA que implicaba una cierta interlocución y actuó en consecuencia. Algún asesor le debió decir que los terroristas se consideraban a sí mismos miembros de un 'movimiento de liberación' y no tuvo ningún reparo para dirigirse públicamente a ellos, como presidente de España desde la Moncloa, en estos términos.

Lo que literalmente mueve a irrisión es que quien calificó a asesinos terroristas como 'liberadores' y envió delegados a hablar con ellos grite ahora a las sombras de la noche denunciando la 'traición' de los socialistas por llegar a acuerdos políticos con grupos parlamentarios representantes de una parte del pueblo español. La misma persona, la misma, que estos días agita la calle y que da clases de coherencia democrática exacerbando a los líderes de Vox y PP. Da risa, la verdad.

Me dirijo sobre todo a las personas de buena fe que estos días estén consternadas, o que experimenten incertidumbres o miedo, por la campaña, de cotas casi histéricas, que el Vox-PP ha impulsado contra al presidente Pedro Sánchez. Quiero ser muy clara, entendemos -como ya pasó con los indultos- que muchas personas puedan tener dudas, pero como ya pasó, precisamente, con los indultos el tiempo acabará poniendo a todo el mundo en su lugar. Ni vivimos en una dictadura (como irresponsablemente dicen el PP y Vox), ni España se rompe, ni se hunde el mundo. ¿O alguien considera todavía -resultados en mano- que los indultos fueron un error político?

Ahora toca actuar con valentía para garantizar la convivencia como bien supremo de la sociedad catalana y conseguir la normalización completa. El desastre que vivimos el 2017, y la violencia que sufrimos en las calles el 2019, no volverán a repetirse. Nuestros hijos e hijas merecen un futuro de progreso para todos y todas, y no un espectáculo de pelea permanente. Todo lo que ha hecho, se hace y se hará será desde el respeto al estado de derecho y a la Constitución democrática que reconoce y ampara el diálogo entre diferentes.

Repito, que nadie se deje acongojar por el estilo 'trumpista' del Vox-PP. Los ciudadanos y ciudadanos hablamos en las urnas el 23 de julio y dijimos no a un Gobierno de la derecha y la ultraderecha y dijimos sí a un Gobierno progresista liderado por Pedro Sánchez. Esto es lo que se demostrará esta semana en la sesión de investidura del presidente del Gobierno. Nada más, ni nada menos.

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