Tribuna
El PSOE pide amnistía para los independentistas
Exsenador i diputat del PP
Estos días, hemos estado pendientes de que entrara en el registro del Congreso de los Diputados, la tan cacareada ley de amnistía, que los partidos independentistas han exigido a Pedro Sánchez, para investirlo como presidente del Gobierno de España. Lo que hubiera sido más lógico, es que, fueran los propios partidos independentistas quienes presentarán la ley de amnistía o como mínimo, con el PSOE, formación política a quien precisamente han exigido dicha medida jurídica, con el fin de hacer un borrón y cuenta nueva, a unos acontecimientos que vulneraron la Constitución Española, el Estado de Derecho y consecuentemente debilitando la democracia. Pero hasta aquí Pedro Sánchez ha querido también ser genio y figura, en una chulesca iniciativa de: ¡¡dejadme solo!!, para que pueda ser el propio Grupo Parlamentario Socialista y no otro, quien presente la iniciativa parlamentaria.
La ambición de Pedro Sánchez, por mantenerse en el poder, le ha llevado a dar la espalda a una gran mayoría de asociaciones o entidades de la judicatura, como es el caso del Consejo General del Poder Judicial, que se han manifestado públicamente en desacuerdo con la amnistía, todo aquello que conllevó el 'procés' de autodeterminación, ya sea con la convocatoria de un referéndum ilegal, votación del mismo o la declaración de independencia del Parlament de Catalunya con sus escasos minutos de gloria. Los cambios de opinión o mentiras de Pedro Sánchez, le provoca una pérdida de memoria intencionada, cómo la de olvidarse que su formación política, el PSOE, votó en el Senado a favor de la aplicación del art. 155 de la Constitución, sin comentar las cansinas y reiteradas afirmaciones en contra de la amnistía, justificando que esta no tiene cabida en la Constitución, pero bueno, a lo que nos tiene acostumbrados, «dónde dije digo, ahora digo Diego».
La izquierda, siempre ha gozado de movilizar a los ciudadanos, pero algo debe estar pasando, cuando hoy las calles se están llenando de cientos de miles de españoles que, acuden a las convocatorias de formaciones políticas de centroderecha o derecha, dónde no faltan personas de izquierda, defraudadas, engañadas y traicionadas por su hipotético líder Pedro Sánchez. El sanchismo ha encarado una investidura con una mayoría parlamentaria, fruto de sus concesiones a independentistas y proetarras, pero con la mayor contestación social que un presidente ha podido tener en la reciente democracia, no deja de ser curioso, el observar, como estudiantes universitarios de derecho protestan contra un dirigente de izquierda o como los jueces lo hacen con sus togas en las puertas de los juzgados.
El ansia codiciosa de Sánchez, está provocando la ruptura del Estado de Derecho, las desigualdades entre los territorios, debilitando la democracia y desmantelando la Constitución, solo puede ser comparable al gobierno bolivariano de Nicolás Maduro. La pregunta que más de un ciudadano se hace es que: ¿esto es el final de un proceso o el inicio de un cambio de régimen político?, esta y no otra es la cuestión en estos momentos.