Opinió
La balcanización del señor Feijoo
Una no deja nunca de sorprenderse por la doble moral, por decirlo suavemente, de la derecha. Así recuerdo como hace unos meses, ante las protestas de les estudiantes de la Universidad Complutense a la presidenta de la Comunidad de Madrid -señora Ayuso- por los recortes sociales que su Gobierno estaba ejecutando, el PP salió en tromba a «denunciar» los «intolerables insultos y amenazas» hacía su jefa de filas madrileña. El mismo Feijoo hizo declaraciones públicas poniendo el grito en el cielo ante «el acoso de los intolerantes» y hablando de su «convicción íntima» de que los insultos, amenazas y agresiones debían ser erradicados de la vida pública. Esto pasaba, repito, hace unos pocos meses.
Pues hasta ayer. Los mismos que gritaban de indignación cuando los increpados eran ellos no dudan en justificar, o como mínimo no condenar, los insultos y amenazas si tienen como objetivo al presidente Pedro Sánchez. Lo hemos vuelto a comprobar este 12 de octubre, cuando solo hay que escuchar lo que determinados intolerantes llegaron a gritar -no solo en relación al presidente sino también a sus familiares-, una vez este se dirigía a la tribuna de autoridades. Pues bien, semejante manifestación de odio sectario para el PP representa «el sentir de lo que hay en la calle.» Reconozco que me arranca una sonrisa escuchar a los portavoces del PP hablando de agitar la calle, como si fueran activistas de la CUP, pero lo que provoca vergüenza ajena es que se nieguen ya a condenar insultos y amenazas que pasan incluso del ámbito político al personal. No todo vale en política, señores míos.
El «sentir de la calle», queridos portavoces de Vox y del PP, en una democracia se manifiesta en las urnas y el señor Feijoo ha tenido la oportunidad de conocer cual es este «sentir» real cuando una mayoría absoluta de representantes de la soberanía del pueblo español han votado en contra de su investidura como presidente del Gobierno. De hecho, el señor Feijoo tan solo ha contado con el apoyo, eso sí entusiasta, de los diputados de la extrema derecha de Vox. Ningún grupo parlamentario superior a un diputado ha querido apoyar su candidatura, lo que nos da una idea de la dinámica radical en la que se ha instalado el señor Feijoo: solo con la extrema derecha.
Seguramente fruto de esta sorprendente -o tal vez no tanto- coincidencia total y absoluta con los ultras de Vox el señor Feijoo cruzó ayer otra línea roja al «alertar» sobre la «balcanización de España» víctima, una vez más, de Pedro Sánchez, practicante ritual de vudú y señor de las moscas (así lo deben ver ya las almas humanistas del Vox-PP…).
Bien, bromas aparte, quiero recordar en especial a la gente más joven, que cuando se habla de «balcanización» se hace referencia a un conjunto de guerras civiles que tuvieron lugar en la antigua Yugoslavia durante los años 90 del siglo pasado. Unas guerras que tuvieron su trágico balance de muertos (más de 150.000), genocidios, bombardeos, limpiezas étnicas e incluso de campos de concentración. Claro, comparar -ni que sea metafóricamente- la situación de vivimos en España con la tragedia que vivieron los Balcanes solo para atacar al presidente Pedro Sánchez, representa un nivel de irresponsabilidad inaudita, impropia de alguien que ha querido ser presidente del Gobierno. Ni que sea el candidato del bloque Vox-PP. ¿Dónde está el límite moral, señor Feijoo? ¿De qué acusará mañana al presidente del Gobierno constitucional de España? ¿De ser el portavoz anónimo de Hamas? Un mínimo de respeto y de decoro democrático, señores míos. ¿A dónde creen que van alentando esta hiper-radicalización del debate político?
Recuerdo cuando hace unos pocos años el señor Torra, president de la Generalitat en aquel momento, declaró públicamente que Catalunya debía seguir la vía eslovena. Vía eslovena, traduzco, doscientos muertos después de una semana de combates entre el ejército yugoslavo y las milicias independentistas, de los cuales 13 niños muertos en el intercambio de disparos entre unos y otros. Bueno, la gran aportación del señor Quim Torra en aquel momento fue señalar la «vía eslovena» como camino a seguir para Catalunya.
Pues bien, recuerdo haber pensado «menudo irresponsable» justo después de escuchar las declaraciones de Torra. Fue, exactamente lo mismo que pensé ayer cuando escuché al señor Feijoo alertar sobre la «balcanización de España» que según su muy preclara opinión se está generando por culpa de este «malvado» Pedro Sánchez que pretende utilizar el diálogo entre diferentes como método para solucionar los problemas políticos en el marco de una sociedad madura y democrática como es la española. ¿Dialogar? (deben pensar), ¡va de retro Satanás!
En fin…