Diari Més

Opinió

Rafa Luna

Exsenador i diputat del Partit Popular

¿Y ahora qué?

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Pedro Sánchez nos tiene más que acostumbrados, que hoy afirma y reafirma una cosa, para hacer luego más tarde todo lo contrario, claro está, dependiendo de una sola cosa, es decir, de su propio interés, no le importan los hechos para conseguir su fin, que no es otro que continuar ocupando la Moncloa, aunque ello le suponga hacer todo lo contrario de lo que un día se comprometió con su electorado. Sin ir más lejos recordamos cuando juraba y perjuraba que no habría indultos, en la cadena Ser el 5 de noviembre de 2019 decía: «no habrá indultos. Cumplirán íntegramente sus condenas»; declaraciones también en el Congreso de los Diputados en el año 2020: «no está en la agenda del Gobierno indultar a los líderes independentistas», entre otras muchas joyas de sus permanentes cambios de opinión, que no dejan de ser mentiras. Al final para contentar a los independentistas accedió al indulto, para así garantizarse seguir en su poltrona, cambiando el código penal, donde la malversación de fondos públicos, hacen exclusiva referencia cuando se trata de beneficiar a particulares, que no a entes públicos, claro está, así se justifica la financiación a la caja de la resistencia, cuestión esta que Europa a fecha de hoy pone todavía en duda.

Si los indultos han sido un capítulo que, no dejó a Pedro Sánchez como un hombre de palabra en quien confiar, tampoco lo ha sido con el tema de la amnistía. Tres días antes de las elecciones generales del 23 de julio del año pasado, en una entrevista en Al Rojo Vivo en la cadena televisiva de la Sexta, como candidato a la presidencia del Gobierno, negaba cualquier tipo de amnistía y añadía también un referéndum, como así le exigían los independentistas en el caso de necesitarlos para poder formar gobierno. Su negativa a la aprobación de la amnistía lo basaba en que: «no entra en la legislación vigente y, por tanto, en la Constitución Española». Todavía queda en el recuerdo y hemerotecas, la contundencia en el Congreso de los Diputados, del que fue ministro de cultura, me refiero a Miquel Iceta, cuando con contundencia desde su escaño azul del gobierno afirmaba: «no va a haber amnistía, no va a haber autodeterminación... Con nosotros, España no corre peligro» o bien el propio líder socialista en Cataluña, Salvador Illa, en su intervención en el Consell Nacional del PSC, defendió que: «ni Cataluña será independiente, ni habrá amnistía, ni referéndum de autodeterminación». Pues las palabras convencen, pero los ejemplos arrastran y prueba de ello es que el pasado día 30 de mayo el Congreso de los Diputados, aprueba la amnistía que, borra los delitos cometidos el 1-O, eso sí, consigue mantener en el poder a Pedro Sánchez por una margen de tan solo dos votos, vivir para ver.

¿Y ahora qué?, pues tan solo queda que vender el referéndum de autodeterminación, ¿alguien duda que una vez más Pedro Sánchez no cederá ante las exigencias de los independentistas?. El mediático artista del espectáculo, Gabriel Rufián de ERC, después de la aprobación de la amnistía le ha faltado tiempo para manifestar que: «el referéndum es la próxima parada», dejando claro que el procés no se ha acabado, muy al contrario, continua. Alguien puede ser tan ingenuo de pensar que, con la amnistía finaliza la hoja de ruta del independentismo, muy al revés, su fin ha sido y será la autodeterminación, hecho este que, haciendo uso de la verdad, nunca y digo nunca han negado. El problema se sitúa en que Pedro Sánchez, necesita el independentismo para poder sobrevivir, también podría convocar unas elecciones anticipadas, pero sabe muy bien que está condenado a perderlas, por la grave y profunda situación política a la que tiene sometido el País. De seguir así, es estar sometido a aquellos que quieren y no ocultan fragmentar España y, por consiguiente, romper con el orden constitucional.

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