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La provincia de Tarragona cuenta en la actualidad con tres reactores nucleares en pleno rendimiento, dos de ellos en el municipio de Ascó de la Ribera d’Ebre, el otro en Vandellòs-Hospitalet de l’Infant del Baix Camp, en este último municipio ya estuvo en explotación un reactor nuclear Vandellòs I, propiedad de Hifrensa (Hispano-Francesa de Energía Nuclear), su puesta en marcha se inició en mayo de 1972 y después de 17 años de funcionamiento, debido a las secuelas de un incendio, se decidió proceder a su cierre en octubre de 1989, ante el elevado coste que suponía volver a la actividad. 

Ascó I inicio su actividad el 10 de diciembre de 1984, mientras Ascó II lo hizo el 31 de marzo de 1986, prototipos tecnológicos de Westinghouse, producción energética que finalizará en los años 2030 y 2031 respectivamente , según el PNIEC actual, propiedad el primero de ellos de Endesa y el segundo Endesa e Iberdrola. Vandellòs II inicio su explotación energética el 8 de marzo de 1988 y tiene previsto finalicé el 2035, los propietarios son Endesa e Iberdrola.

Dichas centrales nucleares, aportan a la provincia unos ingresos económicos considerables, en especial a los municipios que cuentan con las instalaciones en su ámbito local, que también a los de su entorno, participando en todas las iniciativas locales que se les requiere, destacando la creación de puestos de trabajo, no tan solo los operarios de las empresas propietarias, hay que sumar aquellas empresas contratistas, la mayoría de ellas ubicadas en el propio territorio. La importancia de la energía nuclear va más allá del ámbito provincial, forma parte del interés energético en todo el territorio español, hecho este, que debe tenerse en cuenta a la hora de diseñar políticas energéticas.

Lo que sorprende del gobierno de Pedro Sánchez, es la voluntad del cierre de las 5 centrales nucleares en España, dos de ellas, con 3 reactores en funcionamiento, están en la provincia de Tarragona, como antes se ha comentado, con unos 46 años de servicio, cuando la tendencia internacional es de 80 años, con la supervisión del organismo regulador nuclear de cada país, efectuando revisiones periódicas de seguridad cada 10 o 20 años. 

Ejemplos podrían ser países como Estados Unidos, que ha recibido indicaciones del organismo regulador nuclear NRC que el 90 % de las centrales nucleares operaran 80 años; Finlandia que una de sus centrales nucleares irá más allá de los 70 años o Francia, que el regulador nuclear y EDF (Electricite de France) consideran que sus centrales nucleares pueden operar hasta 60 años, y han empezado a hacer estudios para analizar la viabilidad de que lleguen a los 80 años.

Tendencia que no solo consiste en alargar la vida de las centrales nucleares, oficialmente han sido anunciadas la construcción de 498 nuevas centrales nucleares en el mundo, que implican a una población de 5.000 millones de personas, distribuidas por 33 países, entre los europeos se puede encontrar Francia, Reino Unido, Suecia, Finlandia, Lituania o Países Bajos como ejemplos, teniendo en cuenta que ya existen 439 en funcionamiento.

No tan solo, son los conflictos geopolíticos, que puedan justificar la ampliación de la fecha de operatividad de las centrales nucleares españolas, cómo podrían ser el conflicto de Rusia con Ucrania o bien los cortes de suministro de gas, que provocan una dependencia de otros países, con un alto costes económico. Se debe tener en cuenta que, Europa ha incluido la energía nuclear en la taxonomía verde, apoyando la energía nuclear en la descarbonización, la COP-28 ha incluido por primera vez en la historia de ese evento la energía nuclear cómo necesaria para lograr los objetivos de cambio climático, eliminando las emisiones de CO₂ en la producción eléctrica. 

También la afectación en la economía pública y doméstica, no es lógico que a unas energías se les culmen de subvenciones, y a la nuclear se la asfixie con impuestos ideológicos, sirva cómo muestra que la tasa de ENRESA que este año se ha aumentado un 30 %, y su valor actual es de 10,36 €/MWh lo que encarece la electricidad generada, se podría reducir muy notablemente a 1,70 €/MWh si las centrales operan hasta 80 años, dado que en ambos casos el importe recaudado desde el 1 de enero de 2025 asciende al mismo valor de 3.853,80 Millones de euros que prevé el gobierno. Todo ello conlleva la necesidad de ampliar la operatividad de las centrales nucleares a 80 años, así como repotenciar las existentes.

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