En defensa de las palomas
La paloma bravía, columba livia, paloma roquera o doméstica, cohabita con las personas desde hace trescientos mil años. Antiguamente era símbolo de estatus social; aún hoy en día es usada en eventos como bodas o como símbolo de la paz. Es interesante destacar cómo su reputación ha cambiado a lo largo del tiempo y cómo se han convertido en objeto de controversia en algunas comunidades. Se decidió empezar a demonizarlas cuando su uso mutó, y se empezó a ver como ‘la gallina de los huevos de oro’ por parte de las empresas de control de plagas. Estas, empezaron a crecer de manera exponencial.
En la cadena trófica, las palomas son animales depredados, no depredadores. Por su condición, ellas tienen como objetivo ineludible reproducirse de la manera más rápida posible. Así bien, cuando sean retirados los huevos, ellas pondrán más de nuevo y con más frecuencia. También criarán a los polluelos más rápidamente, ya que saben que el medio es hostil. Siempre poniendo dos huevos, y sus hijos siempre serán un macho y una hembra. Así, el éxito de proliferar será mayor en el momento en que maduren y les toque unirse con otros juveniles de otras parejas vecinas.
Aunque se crea popularmente que vuelan largos trayectos, ellas son terriblemente territoriales. Viven donde comen y beben. Es decir, no van a ir de la part alta a la part baixa de la ciudad en busca de comida, partiendo de su lugar habitual donde suelen estar siempre; su radio de acción sucede en áreas de 50 metros cuadrados, nunca más allá. Llegado a este punto, seguro que pensáis: “¿Y los concursos de palomas que las sueltan de un punto A a un punto B y vuelan centenares de km seguidos?” Pues bien, solo tienen una razón: quieren volver a su casa lo antes posible. No son expeditivas. Son gregarias y se agrupan por afinidad y porque su condición lo requiere, al ser un consumidor primario o secundario de la cadena trófica junto con los lagartos, conejos, ratones, etc. Su funcionamiento es parecido al de un banco de peces, una colonia de gatos o una bandada de golondrinas. Está comprobado por biólogos, ornitólogos, técnicos especialistas en fauna, y técnicos de medio ambiente que los controles poblacionales de captura y muerte no son efectivos. Es decir, los ayuntamientos mal informados y mal asesorados, están tirando el dinero de los impuestos de la población de manera sistemática año tras año, licitación tras licitación.
Desde hace unos años, la metodología de control de población de aves en muchos municipios es la siguiente: El ayuntamiento publica una licitación (concretamente en Tarragona, la pasada licitación fue de 948.802,96€ por dos años). La empresa adjudicataria instala jaulas, captura, gasea e incinera a las aves dos veces por semana. Palomas, tórtolas, torcaces y demás aves entran dentro de las jau- las, sobre todo las de corta edad, que no son las que se reproducen, sino que son las que ya supondrían bajas de manera natural por su inexperiencia. Muchas mueren de sed, de hambre o desangradas por los golpes contra el metal intentando salir. Esta práctica es de una crueldad innecesaria e inefectiva. Y no representa la sociedad actual. Tampoco las leyes actuales. Hay tres leyes que se están vulnerando, la directiva de aves, el BOE y la ley de bienestar animal. En todas ellas dice que para reducir la población de aves urbanas solo se puede hacer de manera no letal. Técnicos especialistas en el ámbito han constatado que únicamente con el pienso anticonceptivo, se llega a la reducción de la población de aves allí donde se aplique. Sería algo parecido al control en las colonias de gatos. Donde se aplica desde hace varios años ya el método CER (Captura, Esterilización, Retorno), es decir, evitando que nazcan, no matando a los que ya han nacido.
El puerto de Tarragona no puede ser una excusa. Existen muchas poblaciones europeas con puerto donde se transporta grano y el pienso anticonceptivo ha reducido la población de palomas: Barcelona, Bruselas, Lisboa, València, etc. Y como ya hemos expuesto, es ridículo afirmar que van las palomas de toda Tarragona, Reus e incluso Vila-Seca, como se ha llegado a afirmar.
Por supuesto, las fincas abandonadas se deberían vaciar de aves. Para posteriormente tapiar o reformar y habitar por humanos, que muchos no tienen donde vivir. Todo esto se le debería exigir a los particulares, empresas o bancos, no a los ciudadanos y las ciudadanas con nuestros impuestos. No es nuestra responsabilidad ni la del ayuntamiento. Además de aplicarles una multa por los desperfectos y el daño causado desde hace años por su irresponsabilidad.
Hablemos de que son sucias y tienen enfermedades. Puede que estén sucias, porque la ciudad está sucia. Pero las aves tienen que estar limpias, su plumaje tiene que estar impoluto para un vuelo perfecto. Un mal plumaje para ellas es fatal. Ellas dedican mucho tiempo a acicalarse pluma a pluma, aplicando en cada una cera uropígea para la impermeabilización del plumaje.
En cuanto a que transmiten enfermedades, en el informe de zoonosis publicado en 2023 (ni en el de los años anteriores) no hay ningún caso significativo de contagio a humanos por palomas. Pero curiosamente sí refleja el contagio por otros animales como el lobo. Aunque en una mayoría exponencial, por consumo de cuerpos animales como vacas, pavos, pollos de engorde, cerdos, etc. Os invitamos a que le echéis un ojo.
También detractores del sistema anticonceptivo, como las empresas de control de plagas o la ADEPAP (Associació Catalana d’Empreses Salut Ambiental), se agarran como un clavo ardiendo al argumento del informe de Seo Bird Life de febrero del 2017, desmentido por el equipo de científicos de l’agència de Salut Pública i el Museu d’Història Natural de Catalunya, PETA (Ethical Treatment of Animals), Humane Society of the United States (HSUS) y diversos organismos más unos meses después. En este polémico artículo decía que afecta a otras aves como gorriones, cuando está comprobado que el grano es demasiado grande para un gorrión, incapaz de ingerirlo, incluso que podía afectar a las rapaces, las cuales deberían ingerir al día 40 palomas, con sus 40 buches llenos de este grano, para que les afectara en algo. Queda bastante claro que temen por su negocio, ya que es una infinita fuente de riqueza. La realidad es que el sistema del pienso anticonceptivo requiere un compromiso que, para lograr los mismos beneficios que con las capturas. Al reducir la población de manera sistemática, deberían ampliar el mercado y conseguir más licitaciones, lo que conlleva más trabajo. Es más fácil mantener los mismos beneficios en los mismos sitios por su inefectividad.
Si el ayuntamiento aplicase un proyecto 360, el impacto en la ciudad sería una revolución. Para ello no solo bastaría con el pienso anticonceptivo. Si en todos los edificios donde ahora hay decenas de jaulas de captura, pasasen a ser casetas donde vivir, comer, beber y poner huevos. Las palomas saldrían de la calle para vivir, de los coches y de los carteles de los comercios. Pasarían a tener su lugar en un punto fijo donde no molestarían. Lo que antiguamente se conocía como palomares, ubicados en los parques de la ciudad, y que se quitaron, llevando a la problemática actual, entre otras cosas. Los operarios tendrían acceso para limpiar, cambiar los huevos por huevos de plástico y reponer el pienso, que es a base de nicarbacina, un anticonceptivo y anticoccidiario. Haciendo esto en menos de 5 años se reduciría la población de palomas al 65%. La campaña de sensibilización a la población sería un pilar fundamental, repartiendo huevos de plástico en los puntos que se acordara por el ayuntamiento, y así las personas a las que les aniden palomas en los balcones pudiesen cambiarles los huevos y colaborar con el proyecto. También si existe algún alimentador o grupo de alimentadores, se proporciona este tipo de pienso para continuar con la línea metodológica. Son medidas tomadas por muchos ayuntamientos, y al final todo suma. El objetivo es claro. Queremos menos palomas en la ciudad, y de este modo también tendrían mayor calidad de vida. Se puede pensar que es una locura alimentar a las palomas, pero es que ya se está haciendo; para que las aves entren en las jaulas, se echa cebo de manera constante. Se utilizan ingentes cantidades de maíz para luego capturarlas. ¿No sería mejor cambiar de maíz y controlar la natalidad?
Cortar árboles, dejar árboles prácticamente sin ramas en época de cría, cerrar fuentes y que mueran decenas de especies de animales de sed en plena sequía... y matar, no es la solución. Básicamente porque llevamos funcionando así más de 20 años y no hemos visto una mejora de la situación.
Desde nuestra agrupación proponemos un trabajo comunitario, de consciencia, de empatía y de futura paz y no de guerra... Y os deseamos de todo corazón una feliz naVIDAd a todos y todas.