Diari Més

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Tranquilos que no voy a escribir sobre kilos. Escribiré sobre propósitos, metas, deseos, ilusiones, expectativas… porque enero es un mes que llega siempre pisando fuerte. Inicio de año, tal vez te pille con ganas de cambio, o tal vez con la ilusión de seguir tal cual estás. 

Sea como sea, es un mes que se presta a pensar en lo que vendrá, en cómo se manifestará ese número que cambia respecto al de hace unos días. Y según te manejes con tu vida, es posible que todo eso te suene a carga. Y no me refiero a los camellos de los Reyes Magos.

Hablo de lo que conlleva un inicio, con la posibilidad y el margen de cambio, o de hacer las cosas de otra manera a la que tal vez estamos acostumbrados. Actitud que personalmente considero que es buena, aunque si se hace desde el pesar, desde la imposición a uno mismo, desde la moda o tal vez desde el no convencimiento, o sin adaptarte a la realidad, entonces ahí se siente como una carga de esas enormes que pesan mucho.

Tanto si quieres seguir como estás, como si quieres cambiar algo hay que ser realista respecto a lo que se quiere. Porque lo de soñar a lo grande está bien, pero si te quedas en lo grande, sólo en el final, es bastante factible que llegue la frustración. Porque a lo grande llegas pasando por lo pequeño, y ahí creo que es donde se han de dirigir los esfuerzos. Y de lo pequeño nos olvidamos muchas veces.

Si quieres algo creo que hay que desmenuzarlo y ponerte metas que sean posibles. Nada da más ganas de abandonar que el sentir que no puedes con ello. El sentir que te pesa, como cuando llevas una bolsa de la compra que va tan cargada, llegas a casa la sueltas y respiras, por el peso que te has quitado de encima. ¿Reconoces esa sensación? La próxima vez igual repartes mejor el peso de las bolsas, y no pones todas las botellas junto con el suavizante, y el bote enorme de jabón de la lavadora.

Pues en la vida deberíamos hacer igual, repartir el peso. En diferentes bolsas, en diferentes semanas, o incluso en diferentes meses o años. Porque cuando quieres hacerlo todo de golpe y a la vez, suele pesar, a veces mucho más de lo que podemos sostener. Y la bolsa se puede romper...

Igual podríamos dar un sentido diferente al mes de enero, y en vez de cargarlo, con todo lo que queremos hacer y con los cambios que nos juramos tendrán lugar en nuestra vida, utilizarlo para revisar la carga que llevamos ya encima. Porque todos llevamos, eso es seguro. Igual la tenemos bien repartida, o igual pesa tanto que hay que quitar algo para que pueda entrar algo más, o hay que quitarlo porque no nos hace bien. 

Y por supuesto si llevas alguna carga que no te corresponde, esa estaría bien que se la enviaras a su verdadero dueño. Bastante tenemos cada uno con lo nuestro, para hacernos cargo de lo que no nos toca. Y como os decía al principio, si el sueño grande lo hacemos pedacitos, no nos pesará, y será más fácil llevarlo, hasta que consigamos juntarlo todo. Cada vez que vas consiguiendo esos propósitos con los que te has cargado, ya dejan de pesar.

Por eso ahora te pregunto y tú ¿cuánto pesas?

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