El indecente chantaje de las pensiones
Nunca hubiera imaginado que un presidente del gobierno de España llegara a tales niveles de irresponsabilidad e incluso de crueldad. Nunca un presidente del gobierno había utilizado de esta manera los ingresos de nuestros mayores para mantenerse en el gobierno e intentar desgastar a la oposición.
La pasada semana se debatió en el Congreso la convalidación de tres decretos leyes, uno sobre la reforma de las pensiones, y que no contenía nada más, otro sobre el impuesto a las energéticas y finalmente, un decreto ley de los denominados ómnibus, que incluía medidas de todo tipo, la revalorización de las pensiones, la prórroga a las ayudas a los trasportes, las ayudas a Valencia por la Dana, pero también aproximadamente 40 medidas más que incluían desde blindar a los okupas a subidas importantes de impuestos.
Lo primero que debemos preguntarnos, es el porqué de esta distribución, porqué Sánchez lo distribuye en tres decretos leyes y no en cuatro, cinco o el número que fuera necesario. El decreto ley sobre las pensiones estaba pactado con los agentes sociales y apoyado por el PP, que advirtió de la necesidad de promulgarse en un decreto ley sin ninguna otra medida, por lo que Sánchez se vio obligado.
El segundo, el impuesto a las energéticas, era un encaje de bolillos de sus contradictorios pactos, por un lado, se había comprometido a presentar la prórroga del impuesto, con sus socios a la izquierda y, por otro, la derogación de ese mismo impuesto pactado con Junts.
La solución era fácil, la aprobación por el consejo de ministros del decreto ley con la prórroga cumplía su compromiso con sus socios de Sumar, Podemos y Bildu, y la no convalidación del mismo, que era lo esperado ya que Junts votaría en contra, cumplía su compromiso con estos últimos. Ven lo maquiavélico del embrollo, por eso tenía que ir en un decreto ley independiente, no podía incluirlo en el ómnibus, ya que, precisamente, lo que quería es que no se aprobara para mantener así el apoyo de Junts.
Y vamos ahora con el decreto ley denominado ómnibus, Sánchez necesita aprobarlo. Si la legislatura ya estaba muerta, si no se aprobaba el ómnibus era ya darle la puntilla. Para conseguir su aprobación incluyó en él la actualización de las pensiones, la prórroga de las ayudas a los transportes y las ayudas a la Dana de Valencia, para completarlo con un gran número de medidas prometidas a un lado y al otro de sus socios, cómo era el regalo del palacete de Paris al PNV o la continuidad de la suspensión de los desahucios que protegen a los okupas, subidas de impuestos, y un largo etcétera, que no obtendría su aprobación si se tramitaban por separado. Hemos de recordar que buena parte de estas medidas tenían el apoyo de una parte de sus socios de gobierno, pero no de otros.
Era un win-win para nuestro maquiavélico presidente, si el PP votaba a favor, con el chantaje especialmente de las pensiones, conseguía aprobar toda una serie de medidas que individualmente no tenían mayoría para aprobarlas.
Si el PP votaba en contra sería el culpable de que no se revalorizasen las pensiones, del encarecimiento del trasporte y de que no hubiera ayudas por la Dana, así demonizaba al principal partido del Congreso. ¿Qué podía salir mal? Pues que los españoles no son idiotas, que saben que con nuevos decretos leyes individualizados lo soluciona en 24 horas, o que si facilita la tramitación de las proposiciones de Ley, que ha presentado el PP en el Congreso, en 15 días se aprueban, pero prefiere infringir dolor a los españoles.
Seguramente al final pactará con los de siempre a cambio de cederles algo, pero los Españoles nunca perdonaremos el indecente chantaje a que nos ha querido someter, una vez más.