Las leches infantiles con más proteínas provocan sobrepeso y aumento de la función cardiaca
Así lo concluye un estudio realizado por la Unidad de Investigación en Pediatría, Nutrición y Desarrollo Humano de la URV
Un estudio realizado por la Unidad de Investigaciónen Pediatría, Nutrición y Desarrollo Humano de la URV confirma que el tipo de lactancia que el bebé recibe en su primer año de vida influye a la hora de prevenir problemas de obesidad en el futuro y un aumento de la función cardiaca en los niños. El estudio indica que las leches infantiles con más proteínas tienen tendencia a provocar estas complicaciones, visibles cuandoel niño tiene dos años. Por otra parte, la leche materna y la leche adaptada con bajo contenido proteico funcionan como elementos protectores.
El estudio evaluó los efectos de diferentes tipos de leche en 141 niños durante el primer año de vida. Un grupo de 50 niños tomaron leche con alto contenido proteico (2 g/100 ml diarios en la leches de inicio y 3 g/100 ml en la de continuación). Otro grupo de 47 niños consumió leche de fórmula con bajo contenido proteico (1 g/100 ml al día en la leche de inicio y 1,5 g/100 ml en la de continuación). En el estudio también intervino un grupo control de 44 niños que se alimentaron de leche materna (semblante en la leche con bajos niveles de proteína).
A los niños se les hizo una ecocardiografía de control en el segundo año de vida para observar la masa cardiaca y la función del corazón. Aunque la masa cardiaca no presentó cambios significativos, sí que se vieron diferencias en la función cardiaca. Aquellos niños que durante el primer año de vida habían tomado leche con más proteínas tenían un índice de masa corporal (IMC) más elevado y, por lo tanto, una sobrecarga cardiaca con respecto a los niños alimentados con leche con menos proteínas y leche materna.
El doctor Joaquín Escribano, de la Unidad de Investigaciónen Pediatría, Nutrición y Desarrollo Humano de la URV y coordinador del estudio, afirma que «si el niño pesa más, el corazóntrabaja más y abomba más sangre». Según el doctor, si eso se mantiene a lo largo del tiempo «el corazónpodría sufrir una sobrecarga y tener más riesgo de hipertrofia, y eso no es saludable». Escribano explica que entre los niños que participaron en el estudio no se detectaron casos de obesidad porque sólo tenían dos años, pero afirma que hay que ver «si esta sobrecarga funcional se traduce en una hipertrofia cardiaca». En más d'Escribano, también han participado en este proyecto los investigadores Rosa Colell y Ricardo Closa.
Esta investigación, publicada en la revista científica Pediatric Research, forma parte del Proyecto de la obesidad infantil (CHOP), del Proyecto de programación de nutrición Temprana (EARNEST) y del Proyecto sobre efectos de la nutrición temprana en la salud a largo plazo (Early Nutrition). Se trata de tres proyectos del V, VINO y VII Programa Marco europeo, en que participa la Unidad de Investigaciónen Pediatría, Nutrición y Desarrollo Humano de la URV.