La dirección del PDeCAT pide a los grupos municipales que abandonen la marca CiU por las nuevas siglas
El partido constata que el cambio de nombre no será posible en todos los ayuntamientos por «dificultades políticas o técnicas»
La dirección del PDeCAT ha preguntado a sus grupos municipales que abandonen la marca CiU con qué concurrieron a las elecciones de mayo del 2015, un mes antes de la ruptura de la federación nacionalista. Según ha podido saber ACN, el 1 de enero de este año la cúpula nacional dio instrucción a los equipos locales para que ahora pasen a llamarse PDeCAT. Algunos grupos municipales ya han formalizado el cambio, mientras que otros tienen que estudiarlo. Es el caso de la ciudad de Barcelona, que cuenta con concejales de UDC. La ejecutiva admite que el cambio de siglas no será posible a todos los ayuntamientos por posibles «dificultades políticas o técnicas».
La orden de cambiar a CiU por PDeCAT en el mundo local se enmarca en el despliegue del nuevo partido heredero de Convergencia, fundado en julio. Desde entonces, la nueva formación demócrata ha completado la construcción de la estructura orgánica, con la elección de todos los órganos y comités de gobierno y de control, y ha dado a conocer la nueva imagen gráfica, logotipo incluido.
De facto, el salto a las nuevas siglas ya se ha consumado en muchos pueblos y ciudades, tanto en su uso en la prensa como a los perfiles oficiales en las redes sociales de las agrupaciones locales y los grupos municipales. En otros casos la situación es espinosa porque requiere del visto bueno de los concejales democristianos u otras fuerzas o corrientes confluentes.
Por eso, la dirección aclara que la decisión se irá ejecutando progresivamente y siempre en la medida en que sea posible. De hecho, augura que no se podrá materializar en todas partes por los impedimentos de cariz técnico que puedan surgir -que un secretario municipal no acceda a registrar el cambio- o a fricciones de tipo político.
Baile de siglas en el último ciclo electoral
El objetivo de fondo es consolidar la nueva marca electoral del PDeCAT por todo el territorio después del baile de siglas a lo largo del último ciclo electoral, que se inició en mayo del 2015. En los comicios municipales, la extinta CDC concurrió en coalición con Unión, como venía siendo tradición. Un mes después, se consumó la ruptura de la federación nacionalista, que acordó mantener a CiU en los consistorios.
En las elecciones de cariz plebiscitario del 27-S, Convergencia se integró en la lista independentista unitaria de Junts pel Sí. De cara a las convocatorias estatales, el partido se presentó a la cita del 20-D del 2015 bajo el paraguas de Democràcia i Llibertat, y como CDC el 26-J del año pasado.
Con el paso de Convergencia a PDeCAT y las dificultades por consensuar el nuevo nombre entre la militancia así como para registrarlo (se tuvo que pasar de Partit Demòcrata a Partit Demòcrata Europeu Català), el equipo directivo de la nueva formación teme que el electorado identifique todavía la nueva marca.
«Musculación» ideológica del nuevo partido
En paralelo a este proceso, la dirección del nuevo partido –capitaneado por Marta Pascal y David Bonvehí- también ha iniciado un proceso de «musculación ideológica» con un ciclo de conferencias denominado 'StartCat', ideado para marcar posición en varios sectores, como inmigración o economía productiva. La voluntad es fijar el ADN del nuevo partido gracias a la participación y el debate de dirigentes y cuadras locales demócratas, así como figuras independientes de referencia en cada uno de estos ámbitos.
Hasta la fecha, se han celebrado dos entregas de este programa. La primera se centró en sanidad, con la intervención de los exconsellers de Salud Boi Ruiz, Marina Geli y Xavier Trias. La detrás de estas sesiones, que ha girado en torno al cambio climático, ha ido a cargo del extitular de Territorio y Sostenibilidad Lluís Recoder y su sucesor, Josep Rull.