37 años de prisión para matar a su familia y tirar|echar los cuerpos en un pozo
La hija de 9 años encontró al condenado al lado del cadáver de su madre, este se dirigió hacia ella y puso fin a su vida
La Audiencia provincial de Madrid ha condenado a 37 años de prisión al hombre acusado de asesinar a su pareja y a la hija de esta, de 9 años, y lanzar sus cuerpos en un pozo de San Vicente de la Cabeza, Zamora, el junio del 2014. La Audiencia madrileña condena a Raúl A.R. como autor de dos delitos de asesinato con agravante de parentesco después de ser declarado culpable por un jurado popular, aunque queda absuelto del delito de maltrato habitual.
No obstante, el tribunal explica que, conforme el Código Penal,
el límite máximo de cumplimiento de la pena será de 25 años, si bien hay que descontar los dos años y cuatro meses que lleva en prisión de forma provisional. La Sala también le impone el pago de una indemnización a los familiares de las dos víctimas de 60.000 y 45.000 euros.
De esta forma, los magistrados consideran probado que Raúl A.R. asfixió hasta la muerte a su pareja, la mañana del 29 de junio de 2014, en la vivienda que los dos compartían durante los fines de semana en el distrito madrileño de Vallecas.
La hija de la víctima, que también se encontraba en el domicilio, acudió al lugar del crimen, alertada por unos ruidos extraños. Se encontró al condenado al lado del cadáver de su madre, después este se dirigió hacia la niña y puso fin a su vida. Al día siguiente, el condenado trasladó los cadáveres con su vehículo hasta la localidad de San Vicente de la Cabeza, ya que su familia tiene una finca en el municipio, y allí, en un pozo próximo pero poco visible, lanzó los dos cuerpos.
La resolución explica el método que el asesino utilizó para ocultar los cadáveres. Les tapó la cabeza, desvistió a los cuerpos y los ató a un saco para evitar que emergieran y que pudieran ser vistos desde el exterior del pozo. También colocó barras de acero galvanizado con el mismo propósito. Los cadáveres fueron encontrados cinco meses después en avanzado estado de descomposición.
Raúl A.R. fue detenido en noviembre del 2014 y, ante la sorpresa de los agentes que lo custodiaban, confesó el crimen, pero dijo que había lanzado sus cuerpos en una alcantarilla de Madrid. Después de comprobar que el detenido había mentido sobre la localización de los cadáveres, la Policía Nacional se dirigió al domicilio de Zamora donde el condenado les reveló el lugar en el cual había ocultado los cuerpos.
Raúl A.R. admitió durante el juicio haber sido el autor de los dos asesinatos e hizo uso de su derecho a la última palabra para pedir «perdón» a los familiares de las víctimas, además de indicar que todo había ocurrido por un «arrebato» y que estaba muy «arrepentido».