Creu Roja alerta que el 40% de personas que atiende no recibirán pensión de jubilación
Un informe de la organización humanitaria revela la cronificación de la pobreza en Cataluña
Cuatro de cada diez personas atendidas por la Creu Roja en Cataluña viven en una situación de pobreza crónica, un porcentaje que se eleva al 60% en el caso de los mayores de 60 años, la mayoría de los cuales no han cotizado lo suficiente para poder recibir una pensión de jubilación. Esta es una de las conclusiones del último informe del Observatori de la Creu Roja de Cataluña, dedicado a la cronificación de la pobreza, que ha presentado este jueves la organización humanitaria, que muestra que 8 de cada 10 personas atendidas sufren pobreza grave, ya que son familias de cuatro miembros con unos ingresos inferiores a los 1.193 euros al mes.
Según el EUROSTAT, se produce una situación de pobreza grave cuando una persona ingresa menos de 655 euros al mes, y el informe indica que ocho de cada 10 personas tienen ingresos inferiores a 568,3 euros al mes. El presidente de Creu Roja en Cataluña, Antoni Aguilera, ha explicado que el informe «muestra la duración e intensidad de la pobreza» porque los profesionales habían advertido que a pesar de haber dejado atrás la crisis más dura, muchas familias «se estaban perpetuando en el círculo de la pobreza» con «dificultades cada vez más graves».
También Aguilera ha mostrado su preocupación por la pobreza energética, que «ha aumentado casi 40 puntos» los últimos cinco años y afecta al 81% de las personas encuestadas, por lo cual «hay que revertir esta tendencia de forma prioritaria y extremadamente urgente».
La responsable del Observatori, Pilar Millán, ha informado que para elaborar el informe se llevaron a cabo 1.442 encuestas telefónicas a atendidos en programas para personas en extrema vulnerabilidad de la Creu Roja. Millán ha destacado que «el trabajo no garantiza salir de la situación de pobreza» y, de hecho, «el 52,4% de las personas que trabajan siguen arrastrando deudas económicas», mayoritariamente vinculadas a los gastos de la vivienda, como la hipoteca o el alquiler, y un 35,4% sufren pobreza crónica. Por este motivo ha pedido al sector empresarial que garantice «unas condiciones de trabajo dignas».
La coordinadora provincial de la Creu Roja en Tarragona y responsable del Observatori, Anna Sabater, ha añadido que una de cada tres personas encuestadas con trabajo cobra entre 300 y 600 euros y «necesitan ayuda para cubrir las necesidades básicas». Sabater ha destacado que aunque son los hombres los que hace más tiempo que no trabajan, la situación «se invierte a partir de los 50 años, cuando la desocupación es más alta entre las mujeres», porque a partir de esta edad, «ser mujer es un factor de vulnerabilidad añadido».
También las personas empleadas sólo representan al 32,1% de la población activa encuestada, mientras que el 67,9% restante está desocupada, y de las cuales un 30% son de larga duración y un 16% hace seis años como mínimo que no tiene trabajo. Más de la mitad de las familias con adultos en edad activa tiene todos los miembros adultos sin trabajo, mientras que en el 41% de los casos únicamente trabaja uno y, además, la media de años cotizados es de 11 años en las personas de entre 50 y 59 años, o 16 en los mayores de 60, aunque un 17% afirma no haber cotizado nunca.
Otro indicador utilizado en el informe es relativo a poder disponer de televisión, lavadora, coche, poder pagar las facturas de la vivienda, comer proteínas de forma regular, mantener una temperatura adecuada en la vivienda, ir de vacaciones y asumir gastos inesperados. El resultado es que un 77,5% de los preguntados sufre privación material severa, y no se pueden permitir cuatro de los ocho indicadores anteriores como mínimo. Esta situación comporta problemas de salud física y emocional, que todos los encuestados afirmaron sufrir, un 72% de carácter emocional y un 50,8%, físico.
En este sentido, el coordinador de Creu Roja en Cataluña, Enric Morist, ha alertado de que un 44% de los encuestados sobreviven con las ayudas, y esta situación «atenta su dignidad y va minando su salud emocional». Ante los «preocupantes» y «graves» resultados del informe, Morist ha afirmado que es necesaria «una actuación urgente a largo plazo» y una «renta mínima garantizada» porque el informe, lamenta, «es quizás el más preocupante que hemos hecho nunca, no tanto por el volumen, sino por la profundidad de lo que vendrá los próximos años».