El atentado contra el autobús del Dormund podría tener motivaciones económicas
El sospechoso detenido, un ciudadano germano-ruso, adquirió el mismo día de los hechos 15.000 derechos de venta de acciones del club
Un ciudadano germano-ruso ha sido detenido hoy como sospechoso de perpetrar el atentado contra el autobús del equipo de fútbol del Borussia Dortmund, informó la Fiscalía federal alemana, que precisó que al parecer actuó por motivos económicos.
Según el comunicado de la Fiscalía, el sospechoso, Sergej W., de 28 años, adquirió el 11 de abril, el mismo día del atentado, 15.000 opciones o derechos de venta de acciones del Dortmund, con un plazo de vencimiento hasta el 17 de junio de 2017, que pagó con un crédito que había contraído una semana antes.
Con el atentado contra el autobús del Dortmund, en el que resultaron heridos el jugador español Marc Barta y un policía, el sospechoso pretendía lograr una caída considerable de las acciones y lucrarse así con la venta de los títulos al precio establecido previamente al adquirir los derechos de venta de los mismos.
El detenido está acusado de intento de asesinato, de provocar una detonación con material explosivo y de lesiones físicas graves.
La detención se produjo en la región de Tubinga, en el estado federado de Baden Württemberg, en el sur de Alemania, después de que las autoridades llevaran una semana sobre la pista del sospechoso tras recibir un aviso desde círculos financieros y una denuncia desde una entidad bancaria por posible lavado de dinero, según informa Der Spiegel.
El comunicado de la Fiscalía precisa que la adquisición de las opciones put se llevó a cabo desde la dirección IP del hotel L'Arrivée, donde se encontraba alojado el Dortmund y también el detenido.
Al parecer, el hombre llevaba instalado desde el 9 de abril en una habitación del hotel en la última planta, con vistas al lugar donde posteriormente tuvo lugar el atentado.
El sospechoso había reservado ya a mediados de marzo una habitación entre los días 9 y 13 de abril y entre el 16 y el 20 del mismo mes, períodos que comprenden tanto el partido de ida como el de vuelta de la Liga de Campeones entre el Borussia y el Monaco, ya que en el momento de la reserva todavía no se sabía cuál de los dos encuentros tendría lugar en la ciudad alemana.
La Fiscalía recuerda que los tres artefactos explosivos fueron colocados en un arbusto en un tramo de doce metros en el recorrido del autobús en el que se iban a trasladar los jugadores del Dortmund y fueron activados por control remoto y de manera separada.
Según el comunicado, el primer y el tercer artefacto se encontraban ubicados cerca del suelo, mientras que el del medio había sido colocado aproximadamente un metro por encima, una altura demasiado elevada que reduce el alcance del mismo.
La Fiscalía precisa que el autobús del equipo no estaba acorazado, sino equipado con vidrios de seguridad y que en el momento del ataque circulaba a una velocidad de unos 23 kilómetros por hora.
El autobús resultó dañado tanto en la zona delantera como trasera, con varios cristales rotos, y en el reposacabezas del segundo asiento en la última fila quedó incrustado uno de los trozos de metal que contenían los artefactos.
En el lugar de los hechos, señala el comunicado, fueron hallados tres textos idénticos, en los que no se encontraron huellas dactilares, que apuntaban a motivos islamistas, aunque los expertos manifestaron serias dudas sobre un posible trasfondo yihadista.
El 13 de abril, las redacciones del diario Tagesspiegel y del grupo Welt/N24 recibieron un escrito que supuestamente confirmaba un trasfondo de extrema derecha, pero la Fiscalía subraya que por el momento nada parece indicar que el texto procediera del autor del atentado.