Por qué tu hijo no tendría que merendar sol

La merienda es sumamente importante durante la infancia. El aparato digestivo se está desarrollando con lo cual su organismo no está preparado para pasar muchas horas sin comida. En las etapas de crecimiento es sumamente importante que la alimentación sea equilibrada y que la merienda aporte los elementos nutricionales necesarios para cubrir sus necesidades.

Sin embargo, la merienda, igual que el resto de comidas es recomendable que se haga acompañado de los padres o de un adulto. Recogemos algunos de los puntos que se ha hecho público, un estudio elaborado por Aldeas Infantiles SOS y El Caserío.

- Comida en familia, más saludable. La presencia de un adulto durante la comida es siempre recomendable. El motivo es que ayuda al hecho a que coman de manera más adecuada guiando a los más pequeños, y siempre que los padres sean conscientes, haciendo que coman de manera más pausada y favoreciendo la sensación de saciedad y autocontrol en relación en la comida.

- Si el niño prepara la merienda con sus padres promovemos que se potencian en gran manera su psicomotricidad, ya que este tipo de actividades ayudan al hecho de que tomen control de su cuerpo, aprendiendo a usar las manos con mayor precisión.

- Los padres pueden motivar que la merienda deje de ser sedentaria. Algunos estudios apuntan que la tendencia es merendar viendo la televisión o jugando con elementos electrónicos. Los padres pueden hacer que la merienda sea un momento para|por disfrutar de manera activa, incluyendo-lo en actividades al aire libre y actividades durante este rato, para que se muestren activos.

- Mejora de la comunicación. La merienda puede convertirse en un momento en el cual compartir en familia aquello que se ha hecho durante el día. Hacer que los niños expliquen qué han hecho en el colegio o planificar al lado de ellos el fin de semana, ayuda en el desarrollo de su vocabulario.

- La merienda puede reforzar vínculos familiares, ayudando al hecho que, de adultos, los jóvenes recuerden estas experiencias positivas aplicándolas a su vez en sus propios hijos.

- Imitación del estilo de vida. Los pequeños aprenden por imitación y, si los padres se alimentan correctamente y meriendan al lado de los pequeños de la casa, estos asumirán esta misma forma de comer, haciendo que de mayores sepan escoger mejor sus platos.

La infancia es un periodo clave para adquirir y consolidar hábitos alimenticios correctos y saludables, por este motivo, la merienda tiene que ser equilibrada. Dotar a los pequeños de nutrientes y hábitos correctos ayudará al hecho de que crezcan con la mejor salud. La merienda tiene que ser equilibrada. En presencia de un adulto, se puede evitar algunos hábitos poco saludables como permitir que el niño llene su estòmac con patatas fregides,brioixeria industrial y otros dulces de manera habitual o que sustituya los zumos naturales por bebidas gaseosas.