Un acusado asegura que mató a su madre «para no dejarla sola»
Ha declarado al juicio que lo hizo «por amor» porque «no tenía con quién dejarla» después de suicidarse
El hombre acusado de matar a su madre en Portugalete, Vizcaya, el enero pasado ha declarado al juicio que lo hizo «por amor» porque «no tenía con quién dejarla» después de suicidarse, tal como planeaba. El acusado mató a su madre, de 93 años y enferma de alzhéimer, de una cuchillada en el pecho y después intentó, según ha dicho, suicidarse consumiendo cocaína, alcohol y pastillas de su madre. Al cabo de tres días, como no lo consiguió, se apuñaló en el abdomen para después pedir socorro a unos amigos de la familia.
Por estos hechos, la fiscalía ha solicitado una pena de 21 años de prisión por un delito de homicidio con el agravante de parentesco, mientras que la defensa pide la absolución y el internamiento en un centro de salud mental.
Durante su primera declaración en este proceso el acusado ha asegurado que mató a su madre el 6 de enero, cuando los forenses habían situado su muerte el 8 de enero, dos días antes que intentara suicidarse y después pidiera ayuda, momento en el cual se encontró el cadáver de la víctima. «Quería acabar con el padecimiento». «Lo decidí a principios de año, el anterior acabó con deudas en el banco, consumo de drogas como uno descosido y viviendo con una persona grande; lo mejor era morirnos los dos», ha manifestado el acusado.
El matricida ha explicado que consume drogas desde los 17 años, que ha sido tres veces en un internado para desintoxicarse, que intentó suicidarse cortándose las venas hace 15 o 20 años y que su situación empeoró hace cinco años, cuando lo abandonaron su mujer y su hijo.
Se ha declarado arrepentido haber matado a su madre. «Quitarle la vida a la persona que más quieres es un peso que llevaré toda mi vida», ha asegurado después de decir que su madre «era el más sagrado de este mundo para mí».
Gran parte del interrogatorio se ha producido para aclarar qué pasó durante los casi cuatro días transcurridos desde la muerte de la anciana hasta el descubrimiento del crimen después del fallido intento de suicidio. Durante estos días, el acusado ha mantenido que intentó suicidarse consumiendo pastillas, cocaína y alcohol, que salió de casa en varias ocasiones para comprar más drogas y bebida, y al despertarse sin conseguirlo se apuñaló.
La fiscal ha incidido que estos días, con la madre ya muerta, el matricida llamó al Ertzaintza para ofrecer información sobre traficantes de droga y que una pareja de agentes lo visitó su casa un día antes del intento se suicide y no los dijo lo que había hecho.
Por su parte, el abogado defensor ha recalcado que el acusado tiene diagnosticado un trastorno depresivo por el cual está en tratamiento y que cayó en un «declive brutal». «Decidió poner fin a su vida, no con la de su madre. Era un suicidio de los dos porque ninguno de los dos quería seguir viviendo», ha mantenido al letrado.