Judicial
Ertzaintza delante de la Ertzaintza «no haberle cortado la cabeza» a su mujer
«Si me ponen a disposición judicial, mañana iré a matarla» declaraba un hombre acusado de violencia machista
«Yo no he cometido ningún error, en todo caso, el error es no haberle cortado la cabeza a mi mujer», estas son las declaraciones de un hombre arrestado por violencia machista, y condenado a tres años y cinco meses de prisión. Las declaraciones las hizo a la Ertzaintza después de ser detenido por intentar agredir a su pareja. Según la sentencia del caso, los hechos sucedieron la noche del 8 de noviembre de 2016, en el domicilio familiar de la pareja en Irún, Guipúzcoa, cuando el procesado empezó a «humillar y acoquinar» a su pareja con expresiones como: «No sirves para nada», y «so puta», al mismo tiempo que amenazaba con matarla y «cortarle el cuello».
En un intento de poner fin a esta situación, la víctima «se refugió en su habitación», a pesar de eso el hombre «no puso fin a su actitud» y «empezó a golpear violentamente la puerta» del dormitorio «hasta conseguir desencajarla del marco».
Una patrulla del Ertzaintza acudió al domicilio, detuvo al acusado y lo trasladó a la comisaría, donde, una vez dentro de los calabozos, siguió con «su comportamiento». «Yo no he cometido ningún error. En todo caso, el error es no haberle cortado la cabeza a mi mujer. Si me ponen a disposición judicial, mañana mismo iré a matarla, si no toman las medidas adecuadas para evitarlo», advirtió el hombre a los agentes que lo custodiaban. Poco después, cuando iban a tomarle declaración, el inculpado, «con seria intención intimidatoria», les lanzó: «No quiero declarar, no necesito abogado, vosotros vais a sentenciar a muerte a mi mujer».
Esta situación motivó que el mismo día de la detención se dictara una orden de protección en favor de la víctima que prohibía al hombre residir en el domicilio familiar, y aproximarse o comunicarse con ella. A pesar de eso, cuando fue puesto en libertad provisional y cuando todavía se encontraba en la sala del juzgado, el inculpado afirmó que, en el momento en el cual pudiera salir de las dependencias del juzgado, iría a «cortarle el cuello» a su pareja. «De la prisión saldré, pero ella, de allí donde irá no; el segundo error del juez ha sido no enviarme a prisión», afirmó el acusado.
La resolución judicial aclara que además de este episodio concreto de violencia machista, la mujer fue víctima «de violencia psicológica de manera habitual» durante los siete años de relación que había mantenido con el inculpado, «sometiéndola a su voluntad y despreciándola asiduamente» con diferentes insultos y amenazas de muerte. Durante el juicio por estos hechos, el encausado se mostró conforme con la pena que solicitó la Fiscalía, por lo cual ha sido condenado a varias penas que suman tres años y cinco meses de prisión y 36 días de trabajos en beneficio de la comunidad como responsable de un delito de maltrato habitual, otro de maltrato no habitual, un delito leve de vejaciones injustas y un delito continuado de amenazas.