Se aprueba una nueva normativa que permitirá que los pagos en línea sean más seguros

La Unión Europea ha sacado adelante una revisión de la Directiva sobres los servicios de pago en línea para hacerlas más seguras, fáciles y económicos, según una nota hecha pública por la Comisión Europea. El objetivo de la revisión, que entra en vigor este sábado, 13 de enero, es modernizar los servicios de pago en Europa para que se puedan beneficiar consumidores y empresas y la UE pueda seguir el ritmo de un mercado «que evoluciona muy rápidamente». Se trata «de un paso más» hacia la creación de un mercado único digital en la UE, según el vicepresidente responsable de Estabilidad Financiera, Servicios Financieros y Unión de los Mercados de Capitales, Valdis Dombrovskis.

Según la Comisión Europea, la revisión impulsará los pagos con el teléfono móvil y el desarrollo de empresas innovadoras en Internet hecho que, de rebote, beneficiará la economía y el crecimiento, indica la institución.

La nueva directiva prohibirá los recargos por pago con tarjeta de crédito o de débito y permitirá ahorrar cada año más de 550 millones de euros a los consumidores europeos. Dombrovskis también ha indicado que los usuarios estarán «mejor protegidos a la hora de hacer pagos electrónicos».

En virtud de la nueva directiva los estados miembros tendrán que prohibir los recargos y cualquier gasto adicional si los consumidores quieren pagar con una tarjeta de crédito o de débito en establecimientos comerciales o por Internet.

También tendrán que abrir el mercado de pagos de la UE a las empresas que ofrecen servicios de pago, permitiéndoles el acceso a la información sobre las cuentas de los consumidores.

Aparte, tendrán que introducir criterios de seguridad «muy estrictos» con respecto a los pagos electrónicos y a la protección de los datos financieros de los consumidores.

Y finalmente tendrán que mejorar los derechos de los consumidores reduciendo, por ejemplo, su responsabilidad en caso de pagos no autorizados o introduciendo el derecho a la devolución sin condiciones, es decir, «sin hacer preguntas», de los cargos en cuenta hechos en euros.