Judicial
Condenan a un camarero por servir detergente por lavaplatos en vez de mosto
Reconoció que precipitó el líquido del lavavajillas en una botella de mosto «porque se le había roto el dosificador»
El propietario de un bar de Irún, Guipúzcoa, ha sido condenado a tres meses de prisión y a indemnizar con 53.657 euros a un cliente al cual, de manera equivocada, le sirvió detergente para lavavajillas en vez del mosto que pidió. El cliente sufrió lesiones en el esófago. Durante la vista celebrada el pasado 21 de noviembre en el Juzgado de lo Penal número 2 de San Sebastián, la Fiscalía solicitó dos años de prisión para el procesado y también para su esposa, acusados de un delito de lesiones imprudentes. La sentencia, en la cual se ha tenido acceso este lunes, absuelve ahora a la mujer, al entender que ella no podía prever qué iba a hacer su marido.
Como recoge la resolución judicial, dictada por el magistrado Santiago Romero Buck Arstad, los hechos se remontan al 9 de julio de 2012, cuando, después de que el lavavajillas del establecimiento se averiara, el procesado decidió seguir utilizándolo añadiendo el líquido limpiador «directamente a la máquina», cada vez que lo tenía que utilizar.
El acusado cogió una botella de mosto vacía y la llenó con el líquido lavavajillas que tenía en un bidón, una operación que «repitió varias veces» durante la jornada. En torno a las 20.30 horas del mismo día, la víctima y un grupo de amigos acudieron al establecimiento y pidieron dos cervezas, una copa de vino y un zumo de manzana, pero como esta última bebida se había agotado, el camarero le sugirió al cliente que pidiera un mosto. De esta manera el acusado cogió la botella «llena del producto corrosivo del lavavajillas, sin darse cuenta del fatal descuido», y lo sirvió en un vaso. «Cuando dió el primer trago —la víctima— notó inmediatamente cómo se le quemaban la boca y el esófago, cayendo al suelo por el dolor», donde fue «inmediatamente atendido» por sus amigos y por el hostalero que llamó al servicio de urgencias.
A consecuencia de estos hechos, el perjudicado sufrió «una esofagitis necrótica difundida, estenosisesofágica distal y gastritis antral», lesiones por las cuales tardó 148 días a recuperarse, y en los cuales estuvo impedido para sus empleos|ocupaciones, 17 de ellos hospitalizado.
La sentencia del caso explica que durante la vista oral, el acusado reconoció que precipitó el líquido del lavavajillas en una botella «porque se le había roto el dosificador», hecho con el cual creó «un riesgo». La resolución considera que el procesado incurrió en una infracción en tratarse «de un establecimiento que sirve consumiciones», en el cual «existe un deber especial con respecto al cumplimiento de la normativa en materia de salud, higiene y respeto de los productos que se venden al público».
Por estos motivos, el juez considera al encausado responsable de un delito de lesiones imprudente por|para el cual le impone tres meses de prisión y lo inhabilita para cualquier oficio relacionado con la hostelería durante el mismo periodo, además de obligarlo a compensar al perjudicado con 53.657 euros.