Sáenz de Santamaría pide a Puigdemont que «deje de dar espectáculos» y «de ir haciendo el ridículo por el mundo»

La vicepresidenta del gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, ha pedido a Carles Puigdemont que «deje de dar» y «de ir haciendo el ridículo por el mundo». La número 2 de Rajoy ha tirado otro mensaje al presidente destituido: que abandone los intentos de ser investido. «No tiene ninguna posibilidad de seguir en esta dinámica», apunta, a la vez que lo insta a dejarse de «personalismos». «La política es un proyecto del conjunto y no de uno solo por más dispuesto que esté a ir haciendo el ridículo por el mundo», ha manifestado. Sáenz de Santamaría todavía ha añadido más calificativos y ha dicho que la actitud de Puigdemont es «vergonzante» para aquellos que se toman la política «seriamente». Según la vicepresidenta, hace falta que los partidos se pongan de acuerdo para crear un Gobierno que «devuelva a la normalidad institucional y económica, a la paz social y a restituir la convivencia entre catalanes».

Después de que Puigdemont haya renunciado a delegar su voto en la sesión de investidura y que haya estado en Dinamarca a pesar del riesgo de ser detenido, la número 2 de Rajoy ha cargado duramente contra el presidente destituido y líder de Juntos por Cataluña. Para Sáenz de Santamaría, no existe «ninguna posibilidad» que Puigdemont sea investido y, por lo tanto, le pide que dé un paso al lado.

«Es como si yo pretendiera ser presidenta desde el Caribe, no tiene ninguna posibilidad de seguir y le pido que deje de dar espectáculos porque para los que nos tomamos la política seriamente es vergonzante», ha declarado.

Según la vicepresidenta, la «debilidad» de Puigdemont cada vez es más evidente por el hecho de que se ha dado cuenta de la «gran fortaleza de los poderes del Estado» –según afirma. Apunta que los cuerpos y fuerzas de seguridad están constantemente en contacto con la Fiscalía y la administración de justicia para suministrar toda la información que tienen sobre él.

Además, insiste en que el proceso «no ha llegado a ningún sitio» y acusa las fuerzas independentistas de llevar a la sociedad «a uno de los procesos más dolorosos para la economía pero, sobre todo, para los ciudadanos».