Sànchez recusa a uno de los magistrados del Supremo por prejuicios con respecto a la ideología independentista

El número dos de la lista de Juntos por Cataluña, Jordi Sànchez, ha presentado al Tribunal Supremo un escrito de recusación contra el magistrado de sala de esta institución Francisco Monterde Ferrer, que fue designado como ponente del recurso de apelación contra la decisión de no permitir que asista a los plenos del Parlament de Catalunya. El recurso recuerda que Monterde es vicepresidente y miembro del Comité Ejecutivo de la conservadora Asociación Profesional de la Magistratura (APM), que ha destacado por emitir desde las redes sociales «numerosos mensajes que no sólo denotan un cierto rechazo hacia la ideología política que defiende Sànchez y otros encausados en las diligencias, sino que acreditan también evidentes prejuicios con respecto a la responsabilidad de Sànchez a propósito de los hechos que son objeto del presente procedimiento».

El abogado de Sànchez, Jordi Pina, ha incorporado a la recusación muestras de varios mensajes de Twitter de la Asociación profesional de la Magistratura, donde las cuentas oficiales de esta asociación en Catalunya y en el Estado tildan de «amarillistas» a los que defienden la liberación de los presos y aseguran que «lamentablemente» los impuestos de los ciudadanos se tendrán que destinar a «devolver las calles a su estado originario».

Otros mensajes incorporan una fotografía de Puigdemont y de Junqueras con el titular «Manual de cómo poner en jaque al Estado», u opinan sobre la carta de renuncia de Forn, que «da a entender que su partido JxCat continuará con su dinámica anticonstitucional a la presente legislatura». También celebran que Carles Mundó renunciara a su escaño o retuiten mensajes en contra de la intendencia de Cataluña.

Los mensajes, según la defensa de Sànchez, demuestran que la Asociación Profesional de la Magistratura tiene «una auténtica línea editorial» sostenida «a lo largo de varios meses» en que el procedimiento penal ha estado en marcha, y ha participado «de una auténtica campaña mediática» mientras Monterde era su segundo máximo responsable.