A las dos serán las tres

La madrugada del domingo, 25 de marzo, el reloj se tendrá que adelantar una hora en las dos de la madrugada, que pasarán a ser las tres, con la entrada en vigor del horario de verano que establece la Directiva Europea. Este cambio, que pone inicio al periodo de siete meses de horario de verano para el 2018, pretende adaptar el horario a la luz del día, de manera que se maximice el aprovechamiento del sol como fuente lumínica. La práctica de retrasar el reloj una hora en invierno y adelantarlo en verano se generalizó de manera desigual a partir de 1974 al producirse la primera crisis del petróleo en la respuesta algunos países decidieron adelantar los relojes para poder aprovechar mejor la luz del sol y, por lo tanto, consumir menos electricidad en iluminación. En total lo aplican unos ochenta de países de todo el mundo.

Según un comunicado del departamento de Empresa y Conocimiento, hoy en día, la mejora de las tecnologías de iluminación, con soluciones más eficientes como las luces LED, ha minimizado el impacto del cambio de hora sobre el consumo de energía. En este sentido, el Parlamento Europeo pidió el mes de febrero un informe a la Comisión Europea para decidir si el cambio horario tiene que continuar los próximos años.

La energía del sol, que ha sido la protagonista de esta medida de ahorro energético, se puede utilizar también para producir energía eléctrica a los hogares y a las empresas. Este es el motor de la transición hacia un modelo energético limpio y distribuido que ya está en marcha en otros países y que Cataluña ya ha empezado a raíz de la aprobación del Pacto Nacional para la Transición Energética y de la Ley del Cambio Climático, con medidas concretas como la promoción del autoconsumo solar fotovoltaico y el favorecimiento de la movilidad eléctrica.