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Piden 7 años de cárcel para dos sanitarios acusados abusar de una mujer en una ambulancia

La víctima afirma que la violaron y que la obligaron a firmar el alta voluntaria

Imagen de la sala de vistas de la Audiencia de Barcelona donde se ha celebrado el juicio.

Piden 7 años de cárcel para dos sanitarios acusados abusar de una mujer en una ambulanciaACN

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Los dos sanitarios juzgados por abusar de una mujer en uno ambulancia en agosto del 2015 en Barcelona han asegurado este martes que los 15 minutos que el vehículo estuvo parado muy cerca del Hospital Sagrat Cor, donde la trasladaban, fue porque la intentaron convencer que se visitara en el centro sanitario después de que se hubiera desmayado, mientras que ella insistía en que quería ir a su casa.

Según los sanitarios, como no la hicieron cambiar de opinión, la mujer acabó firmando el alta voluntaria y la llevaron a casa, ya que los había dicho que no tenía dinero para coger un taxi y también por el estado de «embriaguez» en qué se encontraba y la hora que era, pasadas las dos de la madrugada. Por el contrario, la víctima ha explicado en el juicio que, cuando recuperó el conocimiento después de desmayarse, se encontró «tumbada en una camilla, con un pene introducido en la boca y otro en la vagina». La mujer ha afirmado que los sanitarios la obligaron a firmar la renuncia al hospital antes de dejarla salir de la ambulancia y que la trasladaron a su casa.

También ha asegurado que no iba ebria y que se había desmayado porque se acababa de tomar una medicación fuerte para la fibromialgia y la fatiga crónica. La Fiscalía y la acusación particular piden siete años de cárcel por un delito de abusos sexuales, mientras que las defensas piden una sentencia absolutoria.

En el juicio que se ha celebrado este martes en la sección quinta de la Audiencia de Barcelona, los dos sanitarios han negado haber abusado sexualmente de la mujer y haberle hecho ningún tocamiento cuando la trasladaban al hospital, la madrugada del 21 de agosto del 2015. Los dos hombres juzgados han justificado lo parada de la ambulancia en el cruce de la Avenida de Josep Tarradellas entre las 2:03 y las 2:18 de la madrugada, según el GPS del vehículo, porque no quería ir al hospital y ellos trataban de convencerla, sobre todo porque tenía la tensión «justa» y porque es una recomendación que suelen hacer a todos los pacientes que trasladan, han explicado. Durante estos 15 minutos, trataron|miraron de hacerla cambiar de opinión y, finalmente, le leyeron el alta voluntaria y después la firmó, han relatado.

Los sanitarios lo habían asistido en un primer momento en el cruce de la calle de Numància con la Avenida de Josep Tarradellas y el hombre que se encontraba con ella prefirió no acompañarla a la ambulancia porque tenía que subir un momento a su casa, según han explicado los sanitarios. También han asegurado que la mujer estaba consciente y que mantuvo conversa con ellos durante el trayecto, si bien se encontraba «agitada», «nerviosa» y «un poco bebida». Los sanitarios han explicado que llevaron a la mujer a casa porque les quedaba cerca de su base y porque hacen todos los «favores» que pueden según la persona -si es mayor, por ejemplo-, su estado y la hora.

El GPS permite trazar el recorrido y las horas exactas de la ambulancia: la salida a la 1:57 de la calle de Numància con la Avenida de Josep Tarradellas; el paro en la calle de Viladomat en las 2:03; la arrancada a las 2:18 y la llegada a las 2:27 en casa de la mujer. Unos tiempos que encajan con el recorrido, según ha explicado el mosso que volcó los datos del GPS.

La mujer llegó a casa «en shock» y le explicó a su compañero de piso que la habían violado. No podía decir nada más. Así lo ha explicado ella y su compañero de piso, que ha recordado que llegó «absolutamente perjudicada» y ha asegurado que «nunca» antes había planteado hechos de esta «trascendencia». Al día siguiente, el compañero de piso le dijo que tenía que denunciar la violación, pero ella al principio se negó e incluso se sentía culpable. Así lo ha señalado el compañero de piso. Finalmente el 22 de agosto la mujer denunció los hechos a los Mossos d'Esquadra y el 24 le practicaron una exploración médica.

Exploración médica y análisis de la ropa

Los médicos forenses no detectaron ninguna señal de agresión sexual cuando el 24 la examinaron, si bien han precisado que este resultado no es concluyente para descartar que se produjera una violación. También han señalado que el día que la exploraron, presentaba un discurso «coherente», todo y que con un nivel de angustia elevado.

Los análisis de sangre revelaron rastros|mañas de varios medicamentos. Las defensas han intentado desacreditar la versión de la mujer sobre todo en este punto, cuando han preguntado insistentemente a los médicos si estos fármacos, y más combinados con alcohol y cocaína, podían provocar alucinaciones. De las respuestas de los médicos se ha desprendido que alguno de estos medicamentos puede provocar alucinaciones, pero han puntualizado que es un efecto secundario «muy infrecuente».

Con respecto a los resultados del análisis de la ropa que llevaba la mujer aquel día, las peritos han explicado que encontraron material genético masculino, pero que no correspondía con el perfil genético de uno de los acusados. La víctima había mantenido relaciones sexuales aquel día. Ahora bien, no se determinó a quién correspondía el material genético encontrado y la Policía Científica de los Mossos sólo recibió material para elaborar el perfil de uno de los sanitarios.

Falta de «verosimilitud» vs una declaración «coherente» y «precisa»

Las defensas han señalado en las conclusiones que no hay «verosimilitud» en el relato de la mujer. Entre otros aspectos, han destacado el hecho de que proporcionara su dirección a los sanitarios para que lo acompañaran en casa y han argumentado que no tendría sentido que les diera esta información si lo habían agredido. También han subrayado la aseveración de la mujer que había habido dos personas con ella a la ambulancia durante el trayecto y que por lo tanto tenía que haber uno tercero que condujera el vehículo. Uno de los dos sanitarios juzgados era el conductor de la ambulancia y en algún momento tuvo que ponerse en el volante.

La Fiscalía ha reconocido esta «contradicción» pero ha resaltado que era la única de una declaración «coherente», «clara» y «precisa». La fiscal también ha destacado que una violación es una «acusación muy grave» y que no había ánimo espurio para denunciar los hechos; en este sentido, ha recordado que la víctima al principio no quería explicar nada a los Mossos d'Esquadra. El juicio ha quedado visto para sentencia.

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