Judicial
Se enfrenta a 13 años de cárcel por agredir sexualmente a una chica discapacitada
Asegura que fue una relación consentida y que se quedó «muy sorprendido» cuando supo el motivo de la denuncia, recordando que fue él mismo quien se entregó a la policía
La Audiencia de Girona ha juzgado este jueves a un hombre acusado de agredir sexualmente a una chica que tiene una discapacidad intelectual. En su declaración, la víctima ha relatado que el 27 de noviembre de 2016 el chico la forzó a hacerle una felación mientras iban en coche de Roses (Alt Empordà) a Figueres. Por su parte, el hombre ha defendido que la relación fue «consentida», y cree que la chica «se sintió», porque eyaculó en su boca.
El joven también ha asegurado que se conocían con la víctima y que, de hecho, le había enviado una foto de los dos juntos al teléfono móvil, de una relación que mantuvieron unos meses antes. En este sentido, la chica ha asegurado que no recordaba haberse intercambiado mensajes con el presunto agresor, y ha dejado claro que no le sonaba quien era. El acusado ha explicado que no sabía que la joven tenía una discapacidad intelectual, ya que «no se le nota físicamente». De hecho, ha declarado que se quedó «muy sorprendido» cuando supo el motivo de la denuncia, y ha recordado que fue él mismo quien se entregó a la policía. El hombre se enfrenta a 13 años de cárcel y 8 de libertad vigilada, además de una indemnización de 2.000 euros.
La defensa del chico, ejercida por la letrada Mònica Terradellas, ha pedido la absolución ya que asegura que ha quedado demostrado que fue una relación «consentida» por parte de los dos jóvenes. Durante su declaración, las dos partes han admitido que la tarde del 27 de noviembre del 2016 quedaron en la parada de autobús de Roses para ir a Figueres, donde la víctima quería visitar a unos amigos.
La víctima por su parte ha asegurado que el acusado le estiró el brazo y la obligó a hacerle la felación mientras lo cogía por el cuello. La chica ha señalado que «intentó zafarse» cuando él «se hizo un porro», pero, según argumenta, no pudo porque él lo impidió. «Al final no me resistí más porque tenía miedo de que me agrediera», ha comentado.
Durante el juicio también ha declarado la madre de la víctima que ha explicado que tuvo constancia del qué había pasado por la noche, cuando su hija le explicó. También ha concretado que el joven la había llevado cerca de casa de unos amigos, un hecho que no ha concordado con la versión de la víctima que ha asegurado que la dejó «muy lejos» de dónde tenía que ir.
Terradellas ha sido incisiva en este aspecto en su informe. La letrada ha reprochado al fiscal que no hubiera llamado como testigos a los amigos de la joven, que fueron los primeros que tuvieron contacto con ella. La abogada defensora también ha puesto de relieve que la víctima no fuera directo en la comisaría o a buscar ayuda después de la presunta agresión.
A la vista ha asistido un médico que fue el encargado de evaluar el estado de la víctima después de que hubiera ido a los Mossos D'Esquadra. El perito ha destacado que la chica podría esconder algunos argumentos «por vergüenza». Esta tesis ha sido uno de los puntos que ha utilizado Terradellas para explicar que la joven quedó disgustada después de tener relaciones, y por eso quiso esconder que la relación había sido consentida.
El juicio ha quedado visto para sentencia.