El 'violador de la Verneda' sale de la prisión después de 20 años
Será sometido a vigilancia policial no invasivas por parte de los Mossos d'Esquadra a instancias de la Fiscalía
Lo violador de la Verneda ha salido este jueves en la madrugada de la prisión de Brians II, en torno a la una y cuarto, después de cumplir una pena de 20 años. A partir de ahora, el hombre, Gregorio Cano, estará sometido a vigilancia policial no invasiva por parte de los Mossos d'Esquadra a instancias de la Fiscalía, ya que los servicios penitenciarios consideran que no se ha rehabilitado. En la salida del centro, Cano ha comentado a los medios de comunicación que los programas para rehabilitarse «son efectivos si uno quiere». «Yo lo he conseguido y ahora hay que ver con el tiempo si es efectivo o no», ha añadido Cano, que también se ha disculpado a las víctimas. Elviolador de la Verneda fue condenado a 167 años de prisión y a pagar una indemnización superior a los 50 millones de pesetas de entonces.
En el juicio el hombre fue condenado por quince delitos consumados de agresión sexual y por dos delitos intentados. Por trece de los delitos consumados se le impuso una pena de once años de prisión por cada uno, mientras que por los otros dos se le dictaron nueve años de prisión por cada uno. Por los dos intentos se le condenó a tres años de prisión por cada uno. En total 167 años de prisión, de los cuales, en virtud del código penal en aplicación en el momento de la sentencia, sólo podía cumplir 20. Aparte se le impusieron indemnizaciones a las víctimas por valor de 55,5 millones de pesetas (unos 334.000 euros).
Los hechos probados al juicio relatan la carrera de agresiones del condenado, que empezó el 23 de febrero de 1997 de madrugada, cuando abordó a la primera víctima en un portal y la obligó a hacerle una felación amenazándola con una navaja, y acabó el 1 de mayo de 1998 también de madrugada en un aparcamiento, donde igualmente en punta de navaja obligó a la víctima a realizar la misma práctica sexual.
La mayoría de las agresiones fueron utilizando esta arma para amenazar las mujeres. En casi todas las obligó a practicar sexo oral pero en un caso penetró vaginalment a la víctima. En otro caso la mujer sufrió las dos agresiones. Los casos juzgados se produjeron principalmente de madrugada, pero también hubo de noche y en alguna ocasión a primera hora de la mañana o de la tarde. Dos de los casos relatados se produjeron el mismo día. Otra vez intentó una agresión y al no conseguir llevarla a cabo hizo una otra dos horas más tarde, este con éxito.
Mayoritariamente las agresiones se produjeron a portales, ascensores o escaleras de edificios, aunque en algún caso también arrastró a la víctima hacia descampados. Sólo en dos de las diecisiete ocasiones relatadas el agresor no consiguió consumar la agresión. En el juicio, el condenado admitió haber cometido todos los hechos que se le imputaban.