Judicial
Viola a su sobrina menor de edad y lo condenan a 6 años de prisión por abuso sexual
El tribunal, formado por tres magistradas, considera que no hubo violencia ni intimidación, aunque acreditan estrés posttraumático crónico, ansiedad, depresión y fobias
La Audiencia de Barcelona ha condenado a seis años y medio de prisión a un hombre por haber abusado sexualmente de su sobrina de 16 años penetrándola vaginalment en su casa de Sant Pere de Ribes (Garraf). La fiscalía y la acusación particular pedían una pena mayor por agresión sexual, pero el tribunal, formado por tres magistradas, considera que no hubo violencia ni intimidación, y condenan al acusado, que alegó consentimiento mutuo, a seis años y medio por abuso sexual.
El juicio se hizo en enero y la sentencia es del 8 de febrero.
Según declara probado la sentencia publicada por el digital 'El Mundo', la menor vivía con sus padres justo al lado de la familia de su tío, hermano del padre, y entre las dos familias había una «estrecha y constante» relación. De hecho, la víctima era «amiga íntima» de su prima. Desde hacía mucho tiempo, el acusado, «valiéndose de la ascendencia» que tenía sobre su sobrina, «había estado haciendo tocamientos en las partes íntimas» de la menor «sin que ella hubiera dicho nada a nadie por miedo de romper la armonía familiar, cosa que el procesado sabía y utilizaba para obtener satisfacción sexual a costa de la menor».
El 31 de julio del 2011 las dos primas habían estado juntas lavándose el pelo, peinándose y pintándose las uñas en casa del acusado. Cuando la hija de este se marchó hacia las 14.30 horas, el hombre, de 51 años, subió al piso de arriba y entró en el baño, donde estava su sobrina, de 16 años, depilándose las cejas y con la excusa de pedirle el teléfono móvil. Sin intercambiar ninguna palabra, le tocó los pechos, le bajó los pantalones cortos y las bragas que llevaba, la tumbó en el suelo y le lamió los genitales. Acto seguido la llevó a la habitación del lado, la tumbó en la cama y la penetró vaginalment sin preservativo y sin que la menor, «sorprendida y en estado de shock, ofreciera resistencia». Una vez eyaculó, el acusado salió de la habitación y bajó al piso de abajo. La chica salió, fue a su casa, se cambió de ropa y fue a la piscina donde había quedado con unos amigos.
En la piscina, un amigo del instituto le preguntó por un «chupetón» que tenía en el cuello y la chica se puso nerviosa y le explicó llorando lo que había pasado. El chico la instó a denunciar a su tío, pero ella inicialmente lo rechazó para «no romper la familia». De hecho, el chico lo explicó a sus propios padres, y estos le dijeron que o lo denunciaba la chica o lo harían ellos. Por eso, al día siguiente, el chico se presentó en casa su amiga y la chica lo explicó a su madre. Cuando lo supo el padre, llamó a su hermano, el condenado, y este preguntó a la chica por qué «ahora» destrozaba a la familia.
Según las magistradas, no ha quedado acreditado que el procesado utilizara la fuerza física o amenazara a la menor. No obstante, sí que ven acreditado que la menor presentó síntomas de estrés posttraumático crónico, ansiedad, depresión y fobias, que requirieron tratamiento psicológico, y que no pudo reemprender su vida normal «hasta bastante tiempo después», cosa que le provocó el abandono de los estudios.
La sentencia argumenta que la propia menor explicó en el juicio que su tío en ningún momento utilizó la fuerza o la amenaza, sino que ella se quedó paralizada y no pudo reaccionar. Lo único que quería era que acabara y poder marcharse, dijo durante el juicio. Por su parte, el acusado aseguró que la relación era consentida.
Por todo eso, al tribunal lo condena a seis años y medio de prisión, prohibición de acercarse a menos de 1.000 metros de la víctima, en su casa, en el lugar de estudios o trabajo, ni comunicarse con ella durante cinco años después de salir de prisión, además de libertad vigilada de seis años y medio. También lo condenan a pagar 20.000 euros a la víctima.
La defensa pidió la absolución mientras que la fiscalía y la acusación particular inicialmente pedían 14 y 15 años de prisión por agresión sexual. Al final del juicio, sin embargo, la fiscalía introdujo una posible pena subsidiaria de nueve años de prisión por abuso sexual.