Judicial
Juzgan a un abuelo acusado de haber hecho tocamientos a su nieta
La defensa vincula la denuncia a una rabieta de la adolescente porque el procesado se negó a pagarle una depilación láser
La Audiencia de Gerona ha juzgado a un abuelo de Celrà (Gironès) que se enfrenta a 6 años de prisión acusado de haber hecho tocamientos a su nieta. La fiscal relata dos episodios de abusos. El primero, cuando la niña tenía entre 7 y 8 años. Y el segundo, cuando ya era una adolescente de 15. Sostiene que el procesado, mientras le hacía masajes, le palpaba las nalgas o entraba en su habitación cuando la niña dormía para darle besos en la boca. Además, a su escrito, también recoge que en abril del año pasado, mientras miraban juntos la televisión, el procesado le pasó la mano por la espalda y le tocó el culo. Durante el juicio, el acusado ha negado los hechos y ha asegurado que no se explica el por qué de la denuncia.
La defensa, por su parte, lo ha vinculado a una rabieta del adolescente después de que el procesado se negara a pagarle una depilación láser. La supuesta víctima ha declarado a puerta cerrada. Además de la pena de prisión, la fiscal solicita que el abuelo se pase 10 años en libertad vigilada y que no se pueda acercar a menos de 200 metros de la suya limpia|neta durante 12 años.
La fiscal sostiene que el procesado abusó sexualmente de la suya limpia|neta aprovechando los fines de semana que la menor y su hermano se privaban con los abuelos. A su escrito, relata dos episodios de tocamientos. El primero, cuando la niña tenía entre 7 y 8 años. Explica que el procesado hacía masajes a la menor y que aprovechaba para tocarle las nalgas. Y que cuando la niña estaba durmiendo, entraba en su habitación y le daba besos en la boca.
El segundo episodio es más concreto, y tiene fecha y hora. El 15 de abril del año pasado justo después de comer. Entonces, la menor ya era una adolescente y tenía 15 años. Según la acusación pública, mientras estaban sentados en el sofá mirando la televisión, el abuelo aprovechó para tocarle la espalda a su nieta e ir bajando con las manos hasta llegar al culo.
Durante el juicio, el procesado ha negado los cargos. El abuelo de Celrà ha explicado que, siempre que hacía masajes a su nieta, su mujer estaba con él y lo guiaba. Ha dicho que nunca le hizo tocamientos y ha precisado que la niña debería haber soñado que él entraba en su habitación para besarla.
En relación a los hechos del año pasado, el procesado ha negado haber tocado el culo del adolescente. Sí que ha precisado, sin embargo, que antes de comer la suya limpia|neta le pidió a él y a su mujer que le pagaran una depilación láser, y que el matrimonio se había negado.
Además, ha explicado que mientras estaban en el sofá, con ellos también había el hermano de la menor. Y que aquella tarde, la su nieta no tardó en marcharse porque había quedado con unos amigos en Banyoles. «No sé por qué me ha denunciado», ha declarado el abuelo, cuándo la defensa se lo ha pedido explícitamente.
Por su parte, la madre de la menor ha declarado que aquella tarde, la del 15 de abril, su hija la había llamado pidiendo que fuera a buscarla a Banyoles. Y que cuando llegó, se la encontró llorando. Estuvo entonces cuando la menor le explicó que su abuelo le hacía tocamientos y las dos fueron en comisaría para denunciarlo a los Mossos d'Esquadra.
Según la madre, cuando la niña tenía entre 6 y 7 años, alguna vez le había dicho que no quería ir a casa de los abuelos. La mujer, además, también ha declarado que su hija le había dicho que no se atrevió a explicar los tocamientos «por miedo que les pasara alguna cosa a su padre o a su abuela».
Al final del juicio, la fiscal ha mantenido la demanda de 6 años de prisión por un delito continuado de abuso sexual a menor de 16 años. Además, también solicita que el abuelo de Celrà se tenga que pasar 10 años en libertad vigilada después de cumplir condena y que no se pueda acercar a menos de 200 metros de la suya limpia|neta ni comunicarse durante un periodo de 12 años.
La defensa, por su parte, ha pedido la absolución. El abogado del procesado ha subrayado que «no hay prueba de cargo» para condenarlo y ha vinculado la denuncia a una rabieta del adolescente (porque se habían negado a pagarle la depilación láser). El caso, de que se ha juzgado en la Sección Cuarta de la Audiencia de Gerona, ha quedado visto para sentencia.