Ruscalleda cierra el restaurante Sant Pau de Sant Pol de Mar después de 30 años en los fogones

La chef Carme Ruscalleda ha anunciado el cierre del restaurante Sant Pau de Sant Pol de Mar (Marisma), después de 30 años de servicio. El último servicio del Sant Pau será el próximo 27 de octubre, que ya está «lleno y con lista de espera». Ruscalleda ha tomado la decisión para «reorientar» su trayectoria profesional y sabiendo «cerrar una historia de éxito» antes de que pudiera perder la ilusión o la fuerza. Ruscalleda avisa de que el cierre del Sant Pau «no es una jubilación», ya que mantiene sus compromisos con el restaurante homónimo de Tokio y el Mandarín Oriental de Barcelona. La chef, sin embargo, centrará sus esfuerzos en dotar de contenido el departamento Cocina Estudio con lo que, por ejemplo, durante estos meses de julio y agosto abre un 'restaurante pop-up' en Montecarlo. «Trabajaremos para los otros», concluye.

Es una decisión «lícita, natural y vital». Después de 50 años de carrera, 30 de los cuales en los fogones del restaurante Sant Pau de Sant Pol de Mar, Carme Ruscalleda ha decidido cerrar el icónico restaurante maresmense, abierto en 1988, y que desde que el año 1991 entró en la galaxia Michelin no ha dejado de crecer. En los noventa recibía la primera y segunda estrella y desde 2006 Sant Pau era uno de los pocos restaurantes al mundo con tres estrellas Michelin.

Ruscalleda explica que ha llegado el momento de cerrar esta historia de éxito y reorientar su futuro profesional al lado de Toni Balam, que la ha acompañado, también profesionalmente, a lo largo de este medio siglo de carrera. «Ya llevamos 50 años trabajado juntos y antes de perder la ilusión y la fuerza tenemos que cerrar la historia y mantener la ilusión por continuar», explica.

«Cerramos con las reservas llenas y lista de espera. Haremos un servicio normal con quien ya lo había reservado», explica Ruscalleda. Este último servicio será el 27 de octubre y, aunque a primera hora del día todavía se podía acceder a la web para reservar otras fechas, a estas alturas el motor de reservas de la web del Sant Pau ya no lo permite.

A partir de aquella fecha, el Sant Pau cerrará puertas para volver a abrir, en un futuro, reconvertido en otra cosa. La hija de Ruscalleda y Balam heredará el local para convertirlo en otro negocio. El Sant Pau, sin embargo, ya será historia. El futuro de Ruscalleda no se alejará mucho de los fogones, pero sí mantiene que la prioridad no será poner en marcha ningún otro proyecto de restaurante propio.

Ruscalleda mantendrá sus compromisos con el Sant Pau de Tokio y el Mandarín Oriental de Barcelona, que tiene en los fogones su hijo Raül Balam. Además, se dedicará a dotar de contenido el departamento Cocina Estudio para hacer «colaboraciones foranies» a través de todas las «propuestas que no han dejado» de «llegar» para trabajar para los otros.

En esta línea, Ruscalleda ya tenía previsto abrir estos meses de julio y agosto uno 'restaurante pop-up' en el Odyssey de Montecarlo.