Sociedad
En China se pueden contratar los servicios de amantes falsos para poner a prueba la fidelidad de la pareja
Los precios oscilan entre los 2.5 a 165 euros, la empresa advierte que no se hace responsable de futuras consecuencias
El aumento de las relaciones a través de las redes sociales ha propiciado en China una nueva y peculiar profesión, la de personas que se hacen pasar por seductores para probar si la pareja de quien los ha contratado es fiel o no. A través de plataformas como Taobao.com, la gigantesca web china de comercio electrónico, los clientes de estos servicios, la mayoría mujeres, contratan a falsos amantes para que contacten con su pareja o marido, intenten seducirlo y prueben su fidelidad, según explica el diario Global Times.
Miles de personas hacen uso de estos servicios, con precios que oscilan entre los 20 y los 1.300 yuanes (de 2.5 a 165 euros), que en sus advertencias legales advierten que no se hacen responsables de las consecuencias que pueda comportar para una pareja la contratación de estos «probadores de fidelidad».
Uno de estos probadores contactados es Chen Mengyun, una estudiante universitaria de 21 años que bajo el seudónimo de 'Mengmeng' contacta con hombres que han sembrado desconfianza entre sus parejas, para confirmar si las dudas tienen o no fundamento. Mengmeng, quien antes de dedicarse a esto probó ella misma si su novio la engañaba con herramientas similares, envía a través de redes sociales mensajes y fotos (falsas) y, después de varios intentos de acercamiento a los hombres, envía las conversaciones completas que ha mantenido a las mujeres que la han contratado.
Algunos de estos servicios también se dirigen a hombres que quieren probar a sus parejas o esposas, aunque acostumbran a cobrar más, ya que según las empresas dedicadas a esto, probar la infidelidad de una mujer es «más complicado». Estos servicios, concluye el diario, muestran la creciente inseguridad de las parejas chinas ante posibles infidelidades, en un país donde, según algunos estudios, el 34% de los hombres y el 14% de las mujeres engañan a sus cónyuges.
Estos servicios suelen incluir mensajes reveladores de clientes satisfechos. «Gracias por ser tan pacientes y probar que mi marido es unbastardo» , escribe una clienta agradecida. También escriben clientas a las cuales la prueba les ha mostrado que su pareja no les engaña: «Estoy muy feliz de que mi novio haya resistido la tentación, pero aconsejo no hacer esta prueba a personas que realmente amas», admite una de ellas.
En China, donde el concubinato era legal hasta la llegada de Mao Zedong al poder el año 1949, la infidelidad no ha sido nunca un delito propiamente dicho, pero hasta los años 70 las empresas frecuentemente multaban a sus empleados si estos eran pillados manteniendo relaciones extramatrimoniales. Todo cambió a los 80, con una nueva Ley de Matrimonio que estipulaba por escrito que los matrimonios «tenían que ser fieles», pero no contemplaba castigos administrativos ni penales a la infidelidad y eso que algunas voces en aquellos años sí que lo pidieron.