Detenido por robar pastillas de la farmacéutica donde trabajaba y venderlas por Internet

Agentes de los Mossos d'Esquadra de la División de Investigación Criminal detuvieron el 7 de noviembre a un hombre vecino de Castellbisbal que robaba pastillas de psicotrópicos de la empresa farmacéutica donde trabajaba en el Vallès Occidental para venderlas por Internet. El detenido, presunto autor de un delito contra la salud pública y de otro contra el patrimonio, había establecido un sistema para vender los fármacos a gran escala. En el momento de la detención se disponía a enviar más de 2.000 comprimidos a varios clientes. Se han intervenido unas 190.000 pastillas con las cuales el detenido habría obtenido unos 85.000 euros. Ha ingresado en prisión provisional después de pasar a disposición judicial. La investigación sigue abierta y la policía está estudiando si hay más personas implicadas en el tráfico de estas sustancias.

La investigación empezó en septiembre. Los agentes identificaron al trabajador y comprobaron que estaba robando comprimidos de Rubifen, un fármaco psicotrópico que tiene como principio activo el Metildefinato. El tráfico de este medicamentos sin prescripción médica y fuera del canal farmacéutico es un delito contra la salud pública.

Jordi Domènech, jefe del Área Central de Investigación de Personas de los Mossos d'Esquadra, ha explicado que este medicamento se llama la «cocaína de los pobres» y ha alertado de que tiene los mismos efectos que esta droga. «Provoca euforia, sensación de seguridad y puede aportar concentración», comenta Domènech, que indica que algunos estudiantes utilizan estas pastillas para prepararse para un examen.

En esta línea advierte que al tratarse de un psicotrópico, puede tener graves efectos secundarios relacionados con enfermedades cardiacas. También, apunta, genera mucha adición. Por todo ello indica que tomar estas pastillas «sin prescripción médica puede ser perjudicial para la salud».

Según los Mossos d'Esquadra, el trabajador aprovechaba su condición de coordinador y supervisor del turno de noche para robar las cápsulas rechazadas en el proceso de fabricación. Durante su jornada cogía del contenedor de rechazo las bolsas de comprimidos que no cumplían los estándares de fabricación requeridos. Se las llevaba a casa y las guardaba allí para venderlas a particulares en pequeños lotes de entre 100 y 200 pastillas, en función de la dosis.

«La farmacéutica no se había dado cuenta y eso demuestra que existió una falta de control por parte de la empresa», considera el responsable del Área Central de Investigación de Personas. Asegura que se ha llevado a cabo una inspección del departamento de Salud y de los Mossos d'Esquadra en que se han detectado errores de control que la compañía tendrá que resolver.

Para captar a los clientes ponía anuncios en páginas web donde ofrecía por unos 70 euros lotes de 100 unidades de Rubifen de 20 miligramos o de 200 unidades de 10 miligramos. Una vez acordada la compra, las enviaba por correo postal a contra reembolso.

El detenido tenía un sistema de vida muy por encima de sus capacidades económicas gracias a este canal de ingresos. Entre septiembre y octubre hizo 154 envíos con los cuales consiguió más de 17.000 euros.

La detención fue el 7 de noviembre en Castellbisbal, cuando se disponía a hacer varios envíos del medicamento. En el interior del vehículo llevaba ocho sobres con varios lotes listos para enviar con unos 2.030 comprimidos en total.

El mismo día, los Mossos registraron su domicilio y encontraron 187.860 pastillas y material para su distribución. El día siguiente, agentes de la DIC e inspectores del Departamento de Salud efectuaron una inspección en el laboratorio fabricante del medicamento para determinar cómo se habían robado estas sustancias.