Se enfrenta a la prisión para asediar con 4.000 whatsapps y 500 llamadas a la novia de su expareja

Según informa el diario a La Voz de Galicia, una vecina de Vigo ha sido juzgada este miércoles por asediar a la chica de su expareja y padre de un hijo en común. Según la Fiscalía, a lo largo de casi un año presionó a su rival y le envió 3.816 mensajes por WhatsApp, le hizo 522 llamadas desde un teléfono oculto, le remitió 72 correos electrónicos, 19 llamadas desde uno fijo y otras 16 en el móvil.

En sus mensajes, la ponía a caldo. El hostigamiento fue a más y la acusada incluso se presentó en el trabajo de la novia y habló mal de ella a su jefe, a quien le reveló cuestiones personales. Incluso le llegó a lanzar que ella era mejor madre que la rival, la cual tenía una hija: «En ser madre sí que no puedes competir».

El juicio se ha celebrado en el Juzgado de lo Penal número 2 de Vigo. La Fiscalía pidió, inicialmente, dos años de prisión como presunta autora de un delito de coacciones y pidió que se aleje de la otra mujer durante 3 años.

Según La Voz de Galicia, el origen del conflicto parece estar en qué la acusada y su exnovio tenían un hijo en común y ella le reclamaba la pensión de alimentos. Así lo expresa en un mensaje enviado a la nueva novia: «A mí me es igual que se líe contigo o con otra pero si no cumple con mi hijo lo pagaréis los dos, que sois los únicos culpables».

La mayoría de los mensajes se enviaron entre el 1 de octubre del 2016 y el 31 de agosto del 2017. La Fiscalía destaca los wasaps que supuestamente le envió entre la noche de Fin de Año y Año Nuevo. Le reprochaba: «Si eres así como madre, qué serás como mujer, sólo te importa destrozar vidas y arrastrarte detrás de un tipo que se ríe de ti».

En concreto, le reprochaba que su exnovio no hubiera pasado el Fin de Año con ella y su hijo en familia: «La otra vez no te lo llevaste pero esta vez sí, cuando tenía que estar desde ayer con su hijo». Todo iba acompañado de insultos y ataques a su dignidad como mujer.

Además de los mensajes, la implicada, supuestamente, llamó al trabajo de la chica de su expareja en Vigo y fue a hablar con su jefe para explicarle cuestiones personales de la asediada. Eso la perjudicó porque la empresa impuso medidas de control hacia la empleada.

La Fiscalía concluye que el acoso tenía como finalidad coartar la libertad de la víctima impidiéndole su normal desarrollo.