Iglesia
Proponen eliminar el secreto pontificio en casos de abusos en la cumbre vaticana
Es una de las peticiones que más han pedido las víctimas de los abusos, ya que consideran que protege al agresor
La necesidad de transparencia para abordar los casos de abuso por parte del clericato ha resonado con fuerza en la cumbre vaticana sobre la protección de menores organizada por el papa y en la cual ha surgido la propuesta de eliminar el secreto pontificio, una de las medidas que piden urgentemente las víctimas.
Dirigiéndose a los 190 líderes de la Iglesia, entre ellos 114 representantes de las Conferencias Episcopales, el presidente de la Conferencia Episcopal alemana, el cardenal Reinhard Marx, ha indicado que «cualquier objeción basada en el secreto pontificio sería relevante sólo si es posible indicar razones convincentes», pero que «tal como están las cosas, no conozco estas razones». «En la era de las redes sociales, dónde es posible que todos establezcan contacto casi inmediatamente e intercambian información a través de Facebook, Twitter... es necesario redefinir la confidencialidad y el secreto, y hacer una distinción con respeto a la protección de los datos», ha agregado.
Además, Marx ha revelado que, según los informes realizados por el episcopado alemán sobre los abusos, se ha comprobado que «los expedientes que tendrían que haber documentado los hechos terribles y los nombres de los responsables fueron destruidos o ni siquiera se crearon». La eliminación del secreto pontificio, que las víctimas de abusos por parte del clericato han pedido en numerosas ocasiones al considerar que protege a los agresores, es una de las propuestas que más se han escuchado desde que ha empezado la reunión.
También el presidente de la Comisión para la protección de menores, el cardenal estadounidense Sean Patrick O'Malley, ha afirmado que «es importante revisar todo el concepto del secreto pontificio» por estos casos. La experta en Derecho Canónico, Linda Ghisoni, había insistido en eso el viernes. Después de tres días de ponencias y debates, hoy ha llegado el momento de preguntarse qué pasará a partir de ahora.
En este sentido, el cardenal Marx ha reconocido que las víctimas acusan en la Iglesia de que «habla mucho y estas cosas no se traducen en la práctica». «Este encuentro es una etapa de un camino, no hemos llegado al objetivo, tenemos que tomar decisiones y ver cuáles son las repercusiones. El tema de los abusos no se cierra aquí, con la ayuda de la Santa Sede, tenemos que encontrar un punto, un camino para traducirlos en decisiones concretas,» ha añadido.
El arzobispo de Malta y subsecretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Charles J. Scicluna, ha avanzado que ya se está realizando un vademécum formado de preguntas y respuestas para que sean de ayuda a los obispos a la hora de gestionar estas casos.
Scicluna ha explicado en la rueda de prensa posterior que se tiene que compartir información y que «incluido los procedimientos canónicos tienen que tener más comunicación, ya que las víctimas no están al corriente de los resultados eclesiales». Ha insistido en qué dentro del aula se ha manifestado el deseo de profundizar sobre el secreto pontificio «para no vincular estos procedimientos con la confidencialidad».
Al respeto de la transparencia, la periodista mexicana, Valentina Alazraki, ha intervenido en la histórica reunión y ha constreñido a los obispos para que colaboren con la prensa porque «la falta de comunicación es otro abuso». Nosotros hemos escogido de qué lado estar, ¿Ustedes lo habéis hecho de verdad o tan sólo de palabra?», ha dicho con claridad a los obispos presentes. Y ha añadido que «creo que tendrían que tomar conciencia que cuánto más encubran, cuánto más sean como avestruces, cuánto menos informen a los medios, y por lo tanto, a los fieles y a la opinión pública, mayor será el escándalo».
Concluidos el tres días de reuniones, no habrá un documento final, ya que como ha adelantado Scicluna, ahora se trabajará sobre todas las propuestas adelantadas. No obstante, será de especial relevancia las palabras del papa de mañana después de la misa, con la cual cerrará esta cumbre.