Actualidad
Los vehículos tendrán que llevar sistemas avanzados de freno y velocidad a partir del 2022
El Parlamento Europeo aprueba un reglamento de movilidad que incluye asesores inteligentes de velocidad, una caja negra de registro de datos y dispositivos de paro
El Parlamento Europeo ha aprobado este martes un reglamento que obliga a instalar un paquete de diez sistemas de seguridad en todos los modelos nuevos de coches, furgonetas, camiones y autobuses que se vendan a partir de 2022. Una de estas medidas es el asistente de velocidad inteligente, un radar que avisa de los límites permitidos en la red vial y que se calcula que puede reducir un 20% de las muertes en la carretera. Además, el texto incluye un sistema de advertencia de la somnolencia, de distracciones, de mantenimiento de carril, de frenado de emergencia, de detección de marcha atrás, de registro de datos de accidentes, una interfaz con alcoholímetros que impidan el arranque en caso de haber bebido y una alerta de cinturones en los asientos traseros.
Todo con la intención de reducir sustancialmente los accidentes de tráfico en las carreteras de la Unión Europea (UE), que, el año 2017 fueron escenario de la muerte de 25.000 personas y donde 135.000 resultaron heridas graves. La Comisión Europea apunta que, si bien los accidentes de tráfico se redujeron considerablemente entre los años 2000 y 2010 (-40%), la tasa de descenso se ha estancado y en los últimos años se ha mantenido en un 3%.
Con este reglamento las instituciones europeas buscan hacer más segura la conducción y reducir las muertes en la carretera utilizando los avances tecnológicos. Una de las medidas destacadas del acuerdo es el asistente de velocidad inteligente, una especie de 'radar' dentro del vehículo que alerta el conductor en caso de superar los límites de velocidad. El mecanismo no controlará la velocidad de conducción se podrá desactivar cuando la persona que conduce el vehículo lo quiera.
Según el texto aprobado, los coches tendrán que estar equipados con mecanismos de freno inteligente y una señal lumínica de freno de emergencia que avise los vehículos de su alrededor. El reglamento también establece que los turismos tendrán que llevar un registrador de datos de accidentes inspirado en las cajas negras de los aviones. Estos dispositivos servirán para determinar mejor las causas de choques en la carretera.
Para evitar que una persona bebida pueda conducir, el reglamento obliga a colocar una interfaz con un alcoholímetro que impida que el conductor arranque el coche en caso de embriaguez. Además, pide a los fabricantes que incluyan sistemas adelantados de advertencia por descuido, de detección de marcha atrás y de mantenimiento de carril.
El documento también apuesta por mejorar los elementos de seguridad pasiva como ventanas o parachoques para que no sean agresivos con los ciclistas y peatones. En este sentido, se incluirán sistemas de detección y advertencia para los usuarios vulnerables de la vía pública que estén muy cerca de camiones y autobuses.
Este reglamento actualiza los textos legales de seguridad de peatones y de tráfico existentes y forma parte del tercer paquete de movilidad que aprueban las instituciones europeas. La ponente encargada del documento ha sido la popular polaca Róza Thun. El reglamento se ha acordado con los ministros de los Estados miembros y, por lo tanto, las medidas aprobadas serán obligatorias 18 meses después de su entrada en vigor.
A falta de una autoridad europea competente de inspección de vehículos para hacerse cargo de las sanciones por incumplimiento, serán los estados los encargados de asegurarse de que los fabricantes cumplan con lo que se ha aprobado. Al cabo de cuatro años, la Comisión Europea evaluará los resultados de la incorporación de estos sistemas y determinará si han conseguido el objetivo que persiguen.