El alcalde de Sant Julià de Ramis: «La Guàrdia Civil fue a buscar directamente a los vecinos»
Marc Puigtió denuncia que en el municipio se presentó un «ejército» mientras los concentrados querían «votar y ver al presidente», ya que Puigdemont tenía que votar en este colegio
El alcalde de Sant Julià de Ramis y Medinyà, Marc Puigtió, ha relatado la actuación de la Guardia Civil en el pabellón del municipio donde el 1-O tenía que votar al expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont. «La Guàrdia Civil fue a buscar directamente a los vecinos, que en ningún momento fueron allí a defender nada, había familias enteras que iban a votar como un domingo como el del 28-A», ha asegurado. Puigtió ha denunciado que los «golpes» de los agentes a los vecinos provocaron 70 heridos y que la Guardia Civil podría haber accedido por otras puertas que ya estaban abiertas del pabellón, en lugar de romper la puerta principal «con una maza». El alcalde ha asegurado que en el municipio, de 3.000 habitantes, se presentó un «ejército} de guardias civiles, mientras los vecinos querían «votar y ver al presidente Puigdemont» y «en ningún momento pensaron que se encontrarían en esta situación».
El alcalde ha recordado que el hecho de que estuviera previsto que Puigdemont votara en aquel pabellón hizo que hubiera «más de 50 periodistas» en aquel momento y que los ciudadanos que fueron lo hicieron para «votar» y para «ver al presidente Puigdemont» en un día «festivo» y «con muchos nervios». El pabellón, sin embargo, no llegó a abrir. Según el alcalde, a las nueve en punto no estaba todavía abierto porque había un problema informático y tres minutos más tarde una vecinos alertó de la llegada de un «ejército» de la Guardia Civil, que «en ningún momento» se puso en contacto con él.
Puigtió, que ha declarado como testigo a petición de las defensas de Junqueras y Romeva, ha explicado que parte de los agentes «rodearon» a los vecinos que estaban en la plaza mientras que otros «fueron directos a golpear a los vecinos que estaban delante de la puerta para poder votar». «Les tiraron al suelo, les dieron patadas, había muchas cámaras grabando y los golpes eran bajos», ha relatado. El alcalde ha dicho que algunos vecinos quedaron «inconscientes» pero que la Guardia Civil no dejó entrar la ambulancia a la plaza de delante del Pabellón.
En la puerta, ha añadido que los agentes iban con una «maza» y que tiraron «un cristal al suelo» para acceder. Dentro, «apartaron de mala manera» a un concejal que les preguntó qué orden llevaban para acceder al pabellón y se llevaron «portátiles que eran de los vecinos», urnas y papeletas. El alcalde ha lamentado que «rompieron» «todas las puertas que había en el pabellón», golpeándolas «con patadas y mazas», sin comprobar que «estaban abiertas».
El alcalde ha asegurado que, cuando llegaron, los agentes «vieron» que una de las puertas de emergencia estaba abierta para facilitar la tarea de los medios de comunicación, pero que no accedieron por allí, sino que «fueron directamente a buscar a los vecinos». «Llegaron más de 20 furgonetas, somos un pueblo de 3.000 habitantes, quizás vinieron 200 guardias civiles», ha dicho, «en un pueblo que había más guardias civiles que vecinos a la hora de votar». También ha dicho que la Benemérita también envió un helicóptero que «subió y bajó muchas veces», situándose a una «baja altura».
A preguntas de la fiscalía, el alcalde ha dicho que conocía las resoluciones del TC y el TSJC, pero que él quiso garantizar que sus vecinos pudieran votar porque no lo ve «ilegal». También ha dicho, en respuestas a la abogacía del Estado, que después de la actuación de la Guardia Civil en su municipio visitó otros porque «los pueblos cogieron miedo».