El análisis de un meteorito revela secretos sobre el nacimiento del sistema solar

Un equipo internacional de cosmoquímicos y astrofísicos de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) y de la Universidad de Arizona ha descubierto un grano meteorítico formado durante las fases finales de una estrella desaparecida hace mucho tiempo. Encapsulado en un meteorito recolectado en la Antártida, el minúsculo grano, de sólo unas micras de peso, ha descubierto secretos sobre las fases terminales de la vida de las estrellas y sobre la forma en que estas siembran el universo con los bloques de construcción de nuevas estrellas, planetas y vida.

Con el sobrenombre LAP-149, el pequeño grano de polvo estaba confinado en un meteorito rocoso, no metálico, encontrado en la Antártida, y representa el único grano meteorítico compuesto al mismo tiempo por grafito y silicato descubierto hasta hoy. Su origen puede rastrearse hasta un tipo específico de explosión estelar llamada nueva.

El grano se incorporó y mezcló con el material nebular que, poco después, daría lugar al Sistema Solar, hace unos 4.500 millones de años, para posteriormente incrustarse en un meteorito primitivo. El descubrimiento desafía algunas de las ideas actuales sobre la forma en que las estrellas moribundas siembran el universo con materias primas, a partir de las cuales se formarán planetas y, en última instancia, las moléculas precursoras de la vida.

El equipo de investigadores de la Universidad de Arizona ha analizado el grano, aproximadamente del tamaño de un microbio, hasta el nivel atómico.

Aunque sus estrellas progenitoras ya no existen, la composición isotópica y la microestructura de los granos de polos de origen estelar identificados en meteoritos proporcionan datos únicos sobre su formación y sobre las condiciones termodinámicas en el material ejectado por las estrellas, según publican los autores. Este es el primer grano conocido que contiene grafito y una inclusión central rica en silicatos.