El responsable de la Brimo el 20-S dice que un Jordi Sànchez «altivo y prepotente» le exigió que se marcharan de Economía
El inspector asegura que no habría podido entrar al departamento «ni con el séptimo de caballería» y que si actuaban hubieran provocado una avalancha
El inspector jefe responsable de la Brigada Móvil (Brimo) de los Mossos el 20-S en Economía ha descrito una actitud «altiva y prepotente» del expresidente de la ANC Jordi Sànchez, que le dijo que llamaría «al presidente y al conseller» para que retirara sus unidades de allí. El responsable de la Brimo ha dicho que Sànchez hizo una llamada y que le trasladó que «en breve Trapero recibiría una llamada y nos marcharíamos». El testigo, pedido por la defensa de Joaquim Forn, ha admitido que posteriormente Sànchez cambió de actitud. El inspector jefe –ahora intendente de los Mossos- ha asegurado que aquel día no habría podido llegar a la puerta» de Economía ni con el séptimo de caballería, que hubo lanzamientos «de botellas» y una «lluvia de latas de cerveza», y ha añadido que decidió no hacer ninguna actuación hasta última hora de la noche porque con la concentración llena de gente habría provocado una «avalancha».
El responsable de la Brimo el 20-S ha sido propuesto por el abogado de Joaquim Forn, Xavier Melero. Su testigo ha sido favorable para la defensa del exconseller, porque refuerza su tesis que Forn no interfirió en la actuación de los Mossos, pero ha dejado en mal papel el papel de medicación ejercido por Sànchez.
El ahora intendente ha dejado claro que él tomó las decisiones de «cómo» llevar a cabo las órdenes de sus superiores. «Asumo la intervención de orden público», ha dicho, «la decisión táctica que aplicamos, no se me ordenó nada del cómo, sí lo qué, pero el cómo es responsabilidad mía».
El máximo responsable de las unidades de orden público el 20-S en Economía ha explicado que llegó a las immediacions del departamento hacia las seis y media de la tarde y que recibió la orden de organizar un dispositivo para llegar hasta la puerta de la consellería y hacer una «cápsula»para sacar la comitiva judicial.
El inspector ha explicado que, al atardecer, el cordón hecho por los voluntarios de la ANC iba de la puerta de la consellería a la esquina de Gran Via con Rambla de Catalunya, pero no hasta el teatro Coliseum como le habían hecho llegar. Ha descrito «un rechazo muy grande de la gente»cuando entró al cordón en dirección a la consellería con la cara descubierta. «La gente nos gritaba, el cordón empezó a desaparecer por la presión de la gente y cuando una botella dio a un compañero decidí volver atrás», ha dicho, puesto que «los ánimos de la consellería no me permitía acceder de forma pacífica por el cordón».
El cordón de voluntarios era «una ayuda»
El responsable de la Brimo ha remarcado, a preguntas de la defensa de Forn, que «el cordón de voluntarios era un añadido»y que «en ningún caso»se dejaba en sus manos que la policía pudiera llegar a la consellería, puesto que estaba previsto que hubiera un cordón policial «con escudos que harían pantalla». En todo caso, en respuesta a la defensa de Jordi Cuixart, ha dejado claro que el cordón de voluntarios «en ningún momento»hizo ninguna maniobra para obstruir la acción de la Brimo. «Eran una ayuda para desplegar y facilitar que llegáramos a la consellería», ha remachado.
Descarta el uso de las porras por riesgo de provocar un «alud»
Hacia las nueve de la noche, el inspector jefe ha explicado que recibió una orden del comisario en jefa de Barcelona para desplegar la Brimo, pero que se quedaron «bloqueados»a la llegar a la esquina entre Gran Via y la Rambla de Catalunya, mientras recibían «empujones»y «gritos»por parte de algunos concentrados. «No hubo lanzamiento de botellas en aquel punto, sí forcejeos y empujones, era imposible acceder y no podíamos hacer uso de la fuerza porque no había espacio físico», ha dicho.
De hecho, el responsable policial ha remarcado que «desaconsejó»hacer uso de la defensa, puesto que esto habría provocado «un riesgo de alud». «En algún momento podría haber sido justificada, pero los miles de personas que había detrás habría provocado un alud que habría sido un mal mayor que quería evitar», ha dicho. En aquel momento, ha sostenido, el uso de la defensa no era «ni congruente, ni oportuno ni proporcional»y ha insistido que le ordenaron el «qué», pero no el «cómo».
Choque con Sànchez
És en este momento, hacia las nueve y cuarto de la noche, cuando el responsable de la Brimo ha explicado su primer encuentro con Jordi Sànchez, que se presenta al lugar junto con el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, y el exdiputado Lluís Llach. «En un primer momento la actitud de Sànchez fue altiva, prepotente y complicada para mí, me dijo que retiráramos la Brimo, que esto no era lo que se había acordado», ha dicho. «Irós de aquí», ha dicho que le trasladó Sànchez. El inspector le replicó que tenía «órdenes claras»de llegar a la consellería y ha dicho que Sànchez sacó su teléfono móvil y le dijo que llamaría «al presidente y al conseller».
El inspector jefe, que ha dicho que pidió a un compañero que se pusiera a grabar, ha dicho que Sànchez hizo una llamada. «No sé si habló con el presidente o con el conseller, pero las palabras iniciales fueron: Trapero estaba loco, se ha bebido el entendimiento, saca la brigada móvil de aquí», ha explicado. Posteriormente, Sànchez cuelga y le comunica que «en breve»ser irán porque Trapero «recibirá una llamada». «Yo le dije que podía llamar al Papa de Roma», ha concluido y que, si no recibían ninguna otra orden de su cadena de mando llegarían a la consellería. De hecho, ha respondido al abogado de Forn que en aquel momento no recibió ninguna interferencia por parte de algún superior y que le reiteraron la orden de llegar con la Brimo a la puerta de la consellería.
Posteriormente, ha explicado que tuvo un segundo encuentro con Sànchez y que este tuvo una actitud diferente, «más correcta, más conciliadora», hasta el punto que decidió «empezar de cero»y le pidió el teléfono móvil y que en algún momento de la noche lo llamó. «Cambió, se me ofreció ayuda, coordinación y colaboración, establecimos que intentaríamos llegar a la consellería»y que miraría de «calmar los ánimos», ha afirmado.
Cuixart, «más colaborador»
A diferencia del primer encuentro con Sànchez, el responsable de la Brimo ha calificado de «más colaboradora, cordial y coodinada»la actitud de Cuixart. El entonces inspector en ninguno ha recordado que durante más de una hora permitió que los dos estuvieran dentro del cordón y que vio como el presidente de Òmnium estuvo «colaborando»y estuvo «hablando con la gente»que le estaba generando «algún problema».
Pina se esfuerza para demostrar colaboración con los Mossos
El letrado de Sànchez, Jordi Pina, le ha preguntado sobre este choque que tuvo con el expresidente de la ANC. Le ha cuestionado si sabía que Sànchez venía de hablar con los compañeros de mediación y habían acordado que la Brimo no se desplegaría hasta que se hubiera hecho «perfectamente»el cordón de voluntarios. El inspector se ha limitado a decir que sus compañeros de mediación le habían dicho que podría aprovechar el cordón que harían los voluntarios y que cuando llegó «no estaba hecho».
Pina ha intentado demostrar que, sacado de este primer enfrentamiento dialéctico, Sànchez colaboró en todo momento con los Mossos. «¿Intentaron ayudar y hacer que la gente que se enfrentaba a la brimo se fuera o por el contrario animaban a la gente a enfrentarse a la policía?»; ha preguntado Pina. El inspector ha dicho que en ningún momento pasó esto, y que todo y una primera «relación muy desafortunada»de Sànchez después cambió «de la noche a la mañana».
«Me sabe mal no haberlos podido sacar antes»
Melero ha preguntado al testigo si se planteó pedir apoyo al equipo de antidisturbios de la Guardia Civil que había a Economía. El entonces inspector jefe ha dicho que ni se lo planteó, porque no habría conseguido entrar a la consellería «ni que viniera el séptimo de caballería». «Mi voluntad era sacar cuando antes mejor los compañero de la Guardia Civil y a la letrada, pero fue cómo si en un concierto llegas el último y te dicen que tienes que llegar al escenario», ha asegurado. De hecho, ha lamentado no haber podido sacar la comitiva judicial antes. «Me supo mal no haberlos podido sacar antes», ha admitido.
Informaciones «confusas»y «problemas informáticos»
El responsable de los antidisturbios de los Mossos ha explicado que recibió informaciones «confusas»a lo largo del anochecer sobre el número de personas de la comitiva judicial que tenían que sacar –incluso sobre si tenían que sacar un perro que participaba en el cacheo- y también sobre cuando se tenía que acabar, puesto que hubo «problemas informáticos». Esto último provocó que estuvieran «aguantando la posición»y «la presión de diferentes grupos»durante más de una hora, mientras los «increpaban, tiraban agua y escupían», hasta que los avisan que el registro se vuelve a alargar y se retiran en la zona del Coliseum.
En aquel punto, el inspector jefw también ha descrito una «lluvia»de objetos cuando unos concentrados confundieron unos mossos de mediación con guardias civiles. En aquel momento hizo uso del número de teléfono de Sànchez para pedir que se dirijiera a los concentrados para aclarar la confusión, a pesar de que el presidente de la ANC no apareció. Al cabo de un rato, pero, ha explicado que la gente que había se fue de aquel punto y la letrada salió por allá al cabo de un rato.
«Cuando dicen que era festivo, la fiesta la vi por la noche»
Una vez la concentración ya fue desconvocada, el intendente ha explicado que Sànchez le dijo que «ya no se hacía responsable de la gente que pudiera quedar»y que comentó con él que a la zona había «gente bebida». Pasada la medianoche, el responsable de la Brimo ha explicado como decidieron actuar después de comprobar desde el helicóptero que se estaban «sacudiendo»y «rompiendo»cristales de los vehículos de la Guardia Civil donde, desde las dos del mediodía, tenía constancia que había armas largas.
A aquella hora, ha explicado, ya quedaba mucha menos gente, pero que eran «de una tipología totalmente diferente, mucho peor». «Cuando alguien dice que aquello era festivo, la fiesta la vi por la noche», ha asegurado, «el suelo estaba lleno de latas de cerveza». De hecho, ha asegurado que recibieron «una lluvia de latas»cuando la Brimo se desplegó. Ante esto, sí que ordenó el uso de las defensas para «dispersar».
La fiscalía no pregunta
La fiscalía ha sorprendido cuando ha anunciado que no tenía ninguna pregunta para este testigo, mientras que la abogacía del Estado y la acusación popular ejercida por Vox ha hecho una intervenciones muy breves.