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Judicial

Un año y tres meses de cárcel y cinco años sin 'YouTube' para el 'youtuber' que dio galletas con dentífrico a un mendigo

El joven dijo que era una «broma» pero tendrá que pagar 20.000 euros a la víctima

K.R. se ganaba la vida con la publicidad de su canal de YouTube 'ReSet'.

Un año y tres meses de prisión y cinco años sin 'YouTube' pel 'youtuber' que dio galletas con dentífrico a un mendigoPixabay

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Un juzgado de Barcelona ha condenado a un año y tres meses de cárcel al 'youtuber' que colgó un vídeo en enero del 2017 enseñando como daba galletas con dentífrico a un mendigo. La sentencia lo condena también a cerrar su canal de YouTube durante cinco años y a pagar 20.000 euros a la víctima por un delito contra la integridad moral. Durante el juicio el chico dijo que era una «broma», pero anteriormente había hecho vídeos similares con personas mayores o menores de edad.

K.R., de origen chino pero vecino de Barcelona, era un joven de 19 años que se ganaba la vida con la publicidad de su canal de YouTube 'ReSet', donde tenía más de 120 millones de visitas desde el 2014, 1,1 millones de suscriptores y cerca de cien vídeos colgados. No obstante, la polémica de aquel vídeo, que retiró, le hizo bajar a los suscriptores, y actualmente tiene menos de 260.000, y los últimos vídeos son de hace cinco meses.

Poco después de hacerse público el vídeo, agentes de Sants-Montjuïc localizaron a la víctima, un rumano de 52 años, en el barrio de Marina del Port. El afectado explicó que el 17 de enero un chico de unos 19 años le regaló un billete de 20 euros y le dio unas galletas. Mientras se las comía lo gravó con el móvil y después se marchó. Al cabo de un rato, el hombre se empezó a encontrar mal y tuvo muchas náuseas. En las imágenes, el joven hacía un tratamiento humorístico, degradante y humillante de la situación. Al día siguiente volvió a grabarlo en vídeo. Según la sentencia, el 'youtuber' habría ganado más de 2.000 euros con estos vídeos entre enero y marzo de 2017.

Mientras los agentes hablaban con el agredido, apareció el autor del vídeo con la intención de pasar la noche con el hombre, grabarlo de nuevo, y pedir disculpas públicamente a través de su canal de YouTube. Los agentes comprobaron que llevaba una mochila con sacos de dormir, mantas y una cámara dentro. El chico había dado 300 euros al vagabundo para supuestamente recompensarlo.

La Guardia Urbana procedió a la identificación del joven y lo denunció por un presunto delito por infligir un trato degradante, despreciando la dignidad e integridad moral de una persona en riesgo de exclusión social. Un delito que se agrava cuando se produce con la finalidad de distribuirlo a otras personas a través de medios de comunicación y de internet. El CAC pidió a YouTube que retirara el vídeo, y la plataforma lo hizo.

Después de publicar el vídeo y que estallara la polémica, el ‘youtuber’ pidió perdón. En otro vídeo, explicaba que se había arrepentido de lo que hizo. «Fue culpa mía», dice en la grabación. «No quería dar 20 euros a una persona normal de la calle, se los quería dar a este vagabundo que vi». «Y como prometí que daría las galletas junto con los 20 euros a alguien, pues le di sin pensarlo dos veces. Fui inmaduro, eso es lo que me pasó, no sé porque se la di», añade. El ‘youtuber’ también comenta que no se pensaba que lo que hizo generara tanta polémica. «No pensaba que eso se llegara a exagerar tanto, no pensaba que dijeran que un ‘youtuber’ quiere intoxicar a un vagabundo. No sabía que me podía caer todo esto. Si lo hubiera sabido, no lo hubiera hecho», concluye.

Durante el juicio, el joven explicó que este tipo de vídeos los hacía como «retos» que le proponían sus seguidores, y lo hacía con personas vulnerables porque no se atrevía a hacerlo con hombres musculados por si lo agredían.

La fiscalía, la acusación particular y el Ayuntamiento de Barcelona, como acusación popular, pedían dos años de prisión, cinco años sin acceso al canal de YouTube y 30.000 euros de indemnización, al considerar que había actuado con abuso de superioridad, cosa que el magistrado no ha aceptado. La sentencia se puede recurrir.

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