Investigación
No hay un único crecimiento 'normal' de los adolescentes, según un estudio de Vall d'Hebron
El seguimiento hecho cerca de 1.500 chicos y chicas desde los 4 hasta los 18 años ha permitido validar una nueva clasificación de patrones
Maduradores, muy tempranos, tempranos, intermedios, tardíos y muy tardíos. Estas son las cinco velocidades de crecimiento 'normal' en los adolescentes que por primera vez, y gracias a un estudio longitudinal realizado por el hospital Vall d'Hebron con el seguimiento de cerca de 1.500 niños, ha permitido validar a nivel mundial una nueva clasificación de los patrones o velocidades de crecimiento de los adolescentes. Hasta ahora, el crecimiento de los niños en la adolescencia se comparaba con un único patrón 'normal' un hecho que generaba diagnósticos erróneos y tratamientos innecesarios. Con esta nueva clasificación se destierran algunos 'mitos' como que los chicos y chicas que empiezan a crecer antes serán más pequeños que el resto, o que los que hacen el estirón más tarde, serán más altos.
La principal conclusión del estudio es que existen cinco patrones de crecimiento puberal y no sólo uno, cinco velocidades que están determinadas por el momento de inicio de la pubertad. Así, una chica que debuta en la pubertad con 8 años es una maduradora muy temprana, mientras que una chica que debuta en los 9 es una madura temprana, a los 10 es intermedia, a los 11 es tardía y a los 12 es muy tardía. Y un chico que debuta en la pubertad con 10 años es un madurador muy temprano, mientras que un chico que debuta a los 11 es un madurador temprano, a los 12 años es intermedio, a los 13 años es tardío y a los 14 años es muy tardío.
El líder del estudio, Antonio Carrascosa, consultor docente sénior de Vall d'Hebron y exjefe de pediatría del Hospital, explica que «cada niño crece a su ritmo y los cinco patrones son normales». Con el estudio se demuestra que los maduradores tempranos ganan muchos más centímetros de altura que el resto justo a partir de los ocho años en las chicas y de los diez en los chicos. Con la nueva clasificación, por ejemplo, las chicas muy tempranas hacen 129 cm de altura a los ocho años, mientras que las muy tardías hacen 126. Pero a los doce años, las muy tempranas hacen 157 cm mientras que las muy tardías hacen 145. Según Carrascosa, los dos patrones son normales y sencillamente, los maduradors muy tempranos empiezan a crecer antes.
Según Carracosa, hasta ahora no se había hecho ningún estudio en el mundo con tantos participantes sobre la relación entre el inicio de la pubertad y los diferentes patrones de crecimiento. Con esta nueva clasificación, dice Carracosa, un pediatra podrá valorar el crecimiento de un chico de forma «más esmerada» y teniendo en cuenta la edad de inicio de la pubertad, el médico sabrá qué tipo de patrón sigue al adolescente y sabrá si el crecimiento es normal o no en función de su velocidad.
El estudio se ha hecho con el seguimiento de 1.453 personas, 743 chicas y 719 chicos, entre los años 1995 y 2017. Se ha recopilado la talla, la velocidad de crecimiento, el peso y el índice de masa corporal hasta la entrada de la edad adulta. Todos son chicos y chicas sin obesidad ni desnutrición. Es el primer estudio de este tipo que se realiza en todo el mundo con un número tan elevado de participantes, y se ha hecho con la colaboración del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (CIBERER). El trabajo tiene más de 100 participantes por patrón de crecimiento y más de 25.000 datos antropométricos.
Según Carrascosa que los pediatras utilicen un único patrón de crecimiento, el intermedio, como comparador «normal» genera errores de diagnóstico, tratamientos innecesarios y sufrimiento de las familias. Por ejemplo, dice el doctor, se dan tratamientos farmacológicos para frenar la progresión de la pubertad en niños o niñas muy tempranos, cuando no es necesario, porque son niños que empiezan a crecer más bien porque simplemente su pubertad se inicia antes.
El líder del estudio también reconoce que los padres pasan «angustias» cuando ven que los amigos de su hijo son mucho más altos. Carrascosa reconoce que hay problemas de crecimiento pero alerta de que si un chico de 14 o 15 años es el más bajito de la clase, hay que compararlo con los de su patrón de crecimiento en relación en su estado madurativo, y eso, se puede evitar que se le administre «innecesariamente» fármacos anabolizantes o incluso la hormona de crecimiento.