Educación
Los maestros necesitan más alicientes económicos e intelectuales, según la OCDE
Las profesores se dedican, durante una clase, en un 78% del tiempo a impartir conocimiento y el resto es para mantener la orden y para tareas administrativas
La profesión de profesor tiene que contar con «más incentivos económicos y sobre todo intelectuales» para asegurar la oferta de personal cualificado, ha dicho este miércoles el director de Educación de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Andreas Schleicher.
Schleicher ha presentado en Londres el estudio TALIS 2018, titulado «Docentes y directores de centros educativos como estudiantes para toda la vida», que recoge la opinión de 250.000 maestros de 15.000 escuelas de primaria y secundaria en 48 países, entre ellos España, México, Chile, Colombia, la Argentina y el Brasil.
El experto ha constatado que «la calidad de la educación nunca puede exceder la calidad de sus docentes», por lo cual los Gobiernos tienen que garantizar no sólo que los profesores esten bien remunerados sino que «cuenten con formación continua relevante» y trabajen en un entorno «cooperativo y estimulante», donde poder innovar.
Las escuelas «no sólo tienen que diseminar conocimiento, sino que tienen que crearlo», ha afirmado en la conferencia londinense.
El informe, que se hace cada cinco años y examina el estado de la docencia en los Estados analizados, advierte que atraer buenos profesionales «será esencial para asegurar que los jóvenes reciban las herramientas necesarias para prosperar» en la vida adulta.
Para proporcionar estos instrumentos, los maestros tienen que ser formados de acuerdo con las necesidades de las aulas y la evolución de la sociedad, lo cual en este momento significa más preparación en nuevas tecnologías para la enseñanza y en cómo impartir clase en un contexto multicultural.
Según refleja TALIS, sólo un 56% de los encuestados ha sido formado en el uso de la tecnología de la información y comunicación (TIC) y un 35% en la enseñanza en un entorno multicultural (35%), y también hay carencias en el área de las necesidades educativas especiales.
Los países con peor formación en TIC son Suecia, donde sólo un 36% de los maestros la recibieron, y España (38%), mientras que Chile y México van al frente con un 77%.
De acuerdo con el análisis, la formación en diversidad es fundamental porque «los recientes cambios en los flujos migratorios han afectado a la composición de las aulas», de manera que un 17% de los encuestados dice que trabaja en escuelas donde al menos un 10% de los estudiantes tiene un origen inmigrante.
Casi un tercio de los maestros de los países de la OCDE que participan a TALES afirman que trabajan en escuelas donde al menos el 1% del alumnado son refugiados, y el 80% de los profesores con aulas multiculturales consideran necesario abordar asuntos globales y enseñar a los niños a enfrentarse a la discriminación étnica y cultural.
El 95% de los directores de primaria y secundaria declara que sus maestros creen que todos «los niños y los jóvenes tienen» que «aprender» y que «las personas de diferentes culturas tienen mucho en común».
Otros hallazgos del estudio, que complementa a los de 2008 y 2013, son que la edad media del profesorado en la OCDE es de 44 años y que sólo el 78% de una clase típica se dedica a la enseñanza, mientras que el resto del tiempo se sirve a mantener el orden o hacer tareas administrativas.
El tiempo dedicado a enseñar es menor en los colegios con mayor número de alumnos de hogares desfavorecidos, inmigrantes o con necesitados especiales, señala el documento.
En este sentido, Schleicher ha conminado en los Gobiernos a ofrecer incentivos para que los mejores profesores quieran ir a trabajar en los centros más problemáticos, de la misma manera que «un cirujano querría realizar la operación más compleja».
En su opinión, eso es imprescindible para evitar que se «amplíe la brecha educativa» y que fracasen los colegios donde están los alumnos más necesitados de apoyo.