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Servicios sociales

Las personas con discapacidad física recibirán hasta 2.520 euros mensuales para contratar a un asistente personal

El Gobierno impulsa esta figura profesional para potenciar el apoderamiento de los beneficiarios y mejorar las condiciones de los profesionales

La primera fase del proyecto cubrirá a las personas que hayan sido valoradas con un grado III de dependencia.

Las personas con discapacidad física recibirán hasta 2.520 euros mensuales para contratar a un asistente personalPixabay

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Las personas con discapacidad física y sordoceguera recibirán a partir del 2020 una prestación de hasta 2.520 euros al mes para contratar a un asistente personal, que lo ayudará a realizar las actividades que haría en ausencia de limitaciones funcionales. En una nueva regulación que ha impulsado el Departament de Treball, Afers Socials i Famílies, en colaboración, con el sector a través de ECOM, se quiere impulsar esta figura profesional con el fin de promover la autonomía de las personas con diversidad funcional. Según ha explicado el conseller Charkir El Homrani, es un «paradigma diferente» para atender a las personas, dejando de lado la visión «institucionalitzadora» para trabajar la autonomía de la persona y derecho a «tener y desarrollar» un proyecto vital.

Actualmente, aunque la figura está incluida en la ley de la dependencia, sólo hay una sesentena de beneficiarios de los sistema que disponen de un asistente personal. Son los usuarios de la prueba piloto en marcha desde el 2007 que con el orden que entrará en vigor en enero del 2020, se le da una carácter de estabilidad. Para el conseller es un cambio de paradigma que quiere trabajar la autonomía de las personas con discapacidad y facilitarlos poder tener las riendas» de su vida.

La orden fija un máximo de 2.520 euros por persona, que tendrían que llenar 140 horas semanales de asistente personal, a 18 euros/hora. El servicio que pueda necesitar cada persona lo hará un equipo de valoración en función de la renta, del grado de dependencia y de las propias preferencias. Se calcula que puede llegar a los 4.500 catalanes que tienen una discapacidad de tercer grado, y a los 5.500 de segundo grado, aunque la gran mayor parte de este «universo» ya dispone de ayudas del sistema de la dependencia que también serán tenidas en cuenta a la hora de la valoración. La contratación del asistente irá a cargo del usuario. La primera fase del proyecto cubrirá las personas, de entre 6 y 64 años, que hayan sido valoradas con un grado III de dependencia y el año seguido, en las valoradas con un grado II.

El asistente personal es un servicio pensado para las personas que necesitan el soporte de alguien para realizar las actividades que haría si no tuviera limitaciones funcionales. Por lo tanto, está orientada a acciones muy diversas que dependerán de cada persona, y que pueden estar relacionadas con la higiene personal, la alimentación, las relaciones sociales, la familia, la educación, el trabajo, u otros.

El Homrani ha asegurado que el programa da a los usuarios la posibilidad de escoger qué tipo de servicio utilizar y por lo tanto, les da «autonomía» y «apoderamiento». Además, destaca que con el orden del Departament se incorporará otros elementos que hasta ahora no existían como es la formación, más allá de una visión sociosanitaria. Además, se prevé que se inicie también una prueba piloto con las personas con discapacidad intelectual. Para El Homrani, habrá mucha diversidad de situaciones, pero ha explicado que se trabajará con las entidades, en este caso, DINCAT, con el objetivo de cumplir la convención de derechos de las personas con discapacidad de la ONU.

Para el titular de Afers Socials, el presupuesto no es problema porque el orden entrará en vigor el próximo año como un «elemento clave» dentro del sistema, ya que considera que «en el fondo» se utilizarán los mismos recursos desde otra perspectiva que deja a la persona «en el centro» con capacidad de decisión.

El Homrani cree que se tendrá que hacer una campaña para concienciar a los usuarios, y que se verá diferencias por la edad de las personas beneficiarias. Considera que cuando hace muchos años que tienes una respuesta institucionalizadora, el cambio de modelo «es mucho más complicado». Por eso, cree que para las personas jóvenes será una buena solución.

En unas líneas similares se ha pronunciado el presidente de ECOM, Antonio Guillén, que ha destacado que este asistente personal es una buena oportunidad para disfrutar «de autonomía y libertad», pero que puede generar cierta reticencia entre las personas más mayores por el «miedo». «No vamos en contra de nadie», ha dicho Guillén, sino «a favor de las personas con discapacidad», y por eso cree que tendrán que hacer «campaña» al mismo tiempo que pide la prescripción de los servicios sociales. Para Guillén, las personas con discapacidad pueden tener una actitud «a la defensiva» de «protección» de la persona en ámbitos familiares y sociales, para no romper el «confort» que les da esta situación, y no tener que decidir su día a día. Por eso, cree que no será fácil que la gente «dé el paso», pero confía en que la gente se irá añadiendo poco a poco.

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