Fijan en el 90% los servicios mínimos para la huelga de vigilantes de seguridad en el aeropuerto del Prat

El gobierno español ha fijado en un 90% los servicios mínimos de la huelga indefinida y de 24 horas de trabajadores de seguridad y vigilancia en el aeropuerto de El Prat, convocada a partir de este viernes. Así lo ha establecido una resolución de la delegación del gobierno español en Barcelona con el objetivo de garantizar el funcionamiento de los servicios «esenciales» de vigilancia, según ha confirmado la ACN. Los 500 empleados llamados a la protesta, de la empresa Trablisa, denuncian que no se respeta la paridad en los lugares de trabajo ni las rotaciones de plantilla para compartir los trabajos más duros. Así, reclaman más descansos y rotaciones para hacer frente al aumento de trabajo, que, según ellos, ha habido en los últimos años, un incremento salarial de un euro a la hora y una plaza de parking gratuita.

El colectivo protesta por la «pérdida de derechos» que ha supuesto la llegada de Trablisa, que se hizo cargo del servicio de seguridad después de Eulen, con quien los trabajadores mantuvieron un largo conflicto que derivó en mejoras de las condiciones laborales. Ahora, aseguran que están «peor» que con Eulen y acusan a la empresa adjudicataria de incumplir las medidas que fijó el laudo obligatorio que acabó con el paro del verano del 2017 que colapsó el aeropuerto.

Este miércoles, los responsables de la empresa Trablisa harán una nueva oferta a los trabajadores para intentar evitar la huelga indefinida a partir del día 9. Así se acordó el viernes en un primer encuentro entre las dos partes durante ocho horas en los servicios territoriales del Departament de Treball. Fuentes de la plantilla sin embargo, consideraron que la propuesta no tendría ninguna credibilidad, porque la empresa ya les había anunciado que no incluirá mejoras económicas.

La huelga de vigilantes de seguridad del Aeroport del Prat podría coincidir con más paradas del servicio de personal del suelo de Iberia si finalmente anuncian nuevas movilizaciones por la negativa de la empresa a sentarse a negociar después de las dos jornadas de protesta del último fin de semana de julio. Entonces, se tuvieron que suspender más de un centenar de vuelos, también por las fuertes tormentas que cayeron el sábado y que obligaron a parar la operativa.