Sociedad
La precariedad laboral retrasa 2 años la maternidad e impide la emancipación
Las cifras se han dado a conocer hoy con motivo del Día Internacional de la Juventud
La precariedad laboral de los jóvenes está retrasando al menos dos años la maternidad e impide su emancipación, que solo consigue el 19 % de los menores de 30 años, un mínimo histórico en España, al que no ha ayudado la subida del precio de los alquileres.
Son cifras que se han aportado hoy con motivo del Día Internacional de la Juventud, en el que distintas organizaciones han coincidido en destacar la difícil situación que viven los jóvenes en España por los obstáculos que aún encuentran en el acceso al empleo y que este sea de calidad.
Así, el informe «Situación sociolaboral de la Juventud en España 2018-2019»que ha presentado este lunes la Unión Sindical Obrera (USO) advierte de que el aumento de la contratación no se traduce en empleo de calidad, sino que es «precario», con lo que los jóvenes no pueden emanciparse y tener una vida «más o menos independiente».
Si bien las cifras de empleo juvenil han mejorado ligeramente respecto a 2018, al reducirse el paro de los jóvenes en casi 100.000 personas, el responsable del Departamento Confederal de la Juventud de USO, Pablo Trapero, ha mostrado su preocupación ya que la tasa de actividad de adultos ha registrado un ascenso mientras que la de los jóvenes ha descendido un 0,43 %.
Además, el índice de ocupación global ha aumentado un 2,38 % mientras que en los jóvenes «solo» un 1,5 %, y en todas las franjas de edad que comprende la juventud ( de los 16 hasta los 34 años) la tasa de paro continua por encima de la general, salvo en el caso de los que tienen entre 30 y 34 años.
Son «especialmente dramáticas» entre los que tienen 16 y 19 años.
Los jóvenes no pueden emanciparse
El sindicato ha advertido también de que el aumento de la contratación no se traduce en empleo de calidad, sino que es «precario», con lo que los jóvenes no pueden emanciparse y tener una vida «más o menos independiente».
Y es que la media de emancipación entre los jóvenes de entre 16 y 29 años se sitúa en el 19 %, un mínimo histórico, de hecho, el lema del sindicato para esta jornada es «Se busca emancipación».
Pese a que el precio del alquiler medio en España ha subido y se sitúa ya, según USO, en 862 euros al mes, es la modalidad por la que más optan los jóvenes, con lo que para una persona asalariada de entre 16 y 29 años, el alquiler supone un 105,25 % de su salario y un 67,3 % en el caso de los que tienen entre 30 y 34 años.
El 29 % de los menores de 30 años tiene una vivienda en propiedad en España.
Retraso de la maternidad
Esta situación provoca, entre otras cosas, que las mujeres retrasen más la maternidad y tengan menos hijos. Ahora la edad media para ser madre se sitúa en los 31 años, frente a los 29,30 años de 2008 (cuando comenzó la crisis económica) y a los 25,66 años en 1984, es decir que en 34 años, ha aumentado casi en seis años.
Las españolas tienen de media 1,25 hijos lejos de los 2,1 que tendrían que tener para que la pirámide poblacional fuera estable y no estuviera invertida como lo está desde hace cuatro décadas.
Para mejorar la situación de la juventud en España, que es la mejor formada de la historia del país, USO apuesta por potenciar el contrato de formación ligado al último tramo de los estudios, fomentar políticas de Garantía Juvenil, que no estén supeditadas a fondos europeos, y por un parque de viviendas de alquiler tasado que permitan la emancipación, entre otras medidas.
Emprender para salir adelante
Son muchos de los jóvenes que deciden emprender para poner en marcha sus proyectos de negocio tras haber encadenado contratos precarios que no les permiten emanciparse y en algunos casos sobrevivir, según ha explicado la gestora de programas de emprendimiento de Acción contra el Hambre, Ana Alarcón, en rueda de prensa.
A través del programa «Generación IN», que se desarrolla en siete comunidades autónomas, la ONG ayuda a los jóvenes a poner en marcha planes de negocio, adquirir competencias y prestarles apoyo financiero gracias a alianzas con entidades de microfinanciación.
«La mayoría de los jóvenes que acceden a los programas vienen de trabajar por cuenta ajena y de encadenar distintos contratos precarios y por tanto ya llegan desmotivados del mercado laboral; el espíritu de 'yo quiero emprender' de manera inicial es minoritario», asegura Alarcón.
En cuanto a formación, «el porcentaje mayor son jóvenes universitarios, seguido de estudiantes de secundaria y otros sin formación, aunque son menos».
Proyectos para mejorar la vida del otro
El ecologismo, la igualdad, el buen trato a animales o la lucha contra la violencia de género impregnan muchos de los negocios creados por jóvenes asesorados por la ONG.
«Muchos negocios están vinculados al medio ambiente -como turismo sostenible y agricultura y ganadería ecológica-, a servicios a personas con diversidad funcional, temas vinculados a la economía circular -gestión de residuos- y tiendas de ropa con factor sostenible -restaurantes que gestionan el desperdicio de alimentos», ha detallado.
La idea de emprender llega en la mayoría de los casos a partir de la situación laboral en la que se encuentran: «están recibiendo salarios muy bajos que no les permite emanciparse, muchos jóvenes tiene dos trabajos para poder tener un sueldo digno y encadenan uno temporal con otro sin estabilidad».
Historias de jóvenes emprendedores
La iniciativa de Ana Alarcón, una estudiante murciana de Trabajo Social de 21 años es una de las historias de jóvenes que quieren emprenden. Está creando «Murcia Liberartium», un proyecto para mejorar la calidad de vida de personas de la tercera edad, con enfermedades mentales y con discapacidad mediante el teatro, la música y otras expresiones artísticas.
«La vía del emprendimiento me da la oportunidad de tener un trabajo para llegar a fin de mes y trabajar en algo que tú quieres y para lo que te has formado», ha asegurado la joven, quien ha destacado que «además suple lo que no está cubriendo el Estado de Bienestar».
Otro emprendedor es Juanjo Pallarés, de 27 años, que tras el traspaso de una librería en Totana (Murcia), la ha puesto en marcha «con un modelo de negocio más actual».
«Me dicen que si estoy loco», reconoce este estudiante de historia que tras encadenar trabajos precarios -como comercial, limpiador y camarero- se ha decidido a abrir este negocio, en el que pretende unir la venta de libros con espacios «que permitan desarrollar modelos educativos que tengan en cuentan la ecología y aspectos artísticos y emocionales».