Funeral
Último adiós a Grangé, la última superviviente catalana de Ravensbrück
La consellera de Justícia ha alabado su «lucha» en el homenaje que se le ha hecho en Tolosa de Languedoc
Tolosa de Languedoc ha dado el último adiós a la última superviviente catalana de los campos de concentración de mujeres de Ravensbrück, Conxita Grangé. Grangé, nacida Espui (Pallars Jussà), murió el 27 de agosto a los 94 años en esta ciudad de la Occitania, donde se estableció después de la Segunda Guerra Mundial y este miércoles se la ha homenajeado en un sentido funeral donde ha asistido la consellera de Justicia, Ester Capella. Capella ha alabado la figura de Grangé y su «lucha contra el fascismo» y sus «esfuerzos» por «explicar la barbarie». La secretaria del Amical de Ravensbrück, Teresa del Hoyo, ha celebrado el reconocimiento a su figura pero ha dicho que ha llegado tarde y que durante mucho tiempo Grangé ha sido «silenciada». Los actos en su recuerdo continuarán este sábado en su pueblo natal.
Nació en Pallars Jussà el 6 de agosto de 1925 pero cuando tenía dos años se tuvo que marchar con sus tíos a Tolosa de Languedoc a causa de una enfermedad de su madre. Con el estallido de la Guerra Civil, Grangé volvió a Cataluña con sus tíos para luchar a favor de la República.
El fin de la guerra, sin embargo, no significó el final de su compromiso. Conxita y sus tíos volvieron a Tolosa y desde aquí, ella y su prima, Maria Castelló, continuaron la lucha haciendo de informadoras de la Resistencia Francesa.
El 24 de mayo de 1944, Grangé fue detenida en Peny, en el departamento francés de Arieja, junto con su tía Maria Castelló y su prima Elvira Ibarz, fueron encarceladas, torturadas y deportadas en Alemania. Atravesaron Francia de sur a norte con el tren «fantasma», con 700 detenidos, en un recorrido de dos meses bajo los bombardeos aliados. El 9 de septiembre de aquel año ingresaron en el campo de concentración de mujeres de Ravensbrück, donde también fueron encerradas otras mujeres como Neus Català, que murió el pasado abril.
Antes de la liberación, cuando el campo fue bombardeado por la aviación aliada, estuvieron semanas caminando hasta que consiguieron encontrar a las tropas aliadas y, más tarde, voler a Tolosa, donde se casó con Josep Ramos Bosch, un antiguo guerrillero catalán.
Grangé murió el 27 de agosto con 94 años, un mes después del homenaje que se le rindió en la Vall Fosca y este miércoles Tolosa de Languedoc la ha despedido en un funeral con presencia de las administraciones francesas y catalanas, familiares, conocidos y miembros de la resistencia francesa, que le han querido dar el último adiós.
«Su combate es nuestro combate»
La consellera de Justícia, Ester Capella, ha alabado su «lucha contra el fascismo» y su «esfuerzo» vital por «revelar la barbarie». Capella ha asegurado que «un país que no tiene memoria es un país sin presente ni futuro» y ha insistido en la importancia de recordar personas como ella o Neus Català. «El combate de Conxita es también nuestro combate. Su ejemplo se ha convertido en un mandato para todos los pueblos democráticos», ha añadido.
«No nos podemos permitir no ser dignos de su testimonio, que nos da fuerza y dignidad para nuestras luchas de cada día, pero sobre todo por nuestro anhelo de un mundo libre y justo», ha remachado Capella.
Capella también ha recordado que, en dos años, la Generalitat ha abierto 21 fosas, ha recuperado 292 restos mortales y ha identificado a las primeras siete víctimas de la Guerra Civil a través del Plan de Fosas y el Programa de Identificación Genética.
«Ha estado muchos años silenciada»
Por su parte, la secretaria de Amical Ravensbrück, Teresa del Hoyo, ha reivindicado la figura de Grangé y la de «tantas otras mujeres» que pasaron por los campos de concentración. «Fue una persona que desde los once años y hasta el día de su muerte estuvo comprometida», ha asegurado. «Ahora, como dicen las mismas supervivientes, cuando sus voces se están apagando, empieza el tiempo de los historiadores», ha añadido del Hoyo.
Por otra parte, ha lamentado que los homenajes hayan llegado al final de su vida y ha criticado que el estado español no les haya dado ningún tipo de reconocimiento. «Lo ha tenido en Francia. Era la última superviviente pero durante muchos años ha estado silenciada», ha remarcado. La República francesa concedió a Grangé las condecoraciones de la Legión de Honor y la Medalla en la Resistencia.
Su sobrina, Carme Rei, también ha insistido en la dedicación que su tía tuvo durante toda su vida en explicar lo que vivió y a luchar contra el fascismo. «El homenaje ha llegado un poco tarde y aunque no pudo ir, fue consciente», ha afirmado Rey.
Los actos de homenaje póstumo continuarán este sábado. El Memorial Democrático y el Ayuntamiento de la Pobla de Segur han organizado un encuentro 'Històries de vida de l'antifeixisme, l'exili i la deportació' para conmemorar la lucha antifascista de Grangé y Josep Cubiló, los dos originarios del Pallars y con una estrecha relación con la localidad pallaresa.
Homenaje y exposición en la Pobla
El acto contará con la participación del alcalde del municipio, Marc Baró, y de Enric Guimó, concejal de Cultura. También intervendrán el historiador Josep Calvet, que explicará la trayectoria vital de los dos deportados, y Carme Rei-Granger, sobrina de Granger, con la conferencia 'Testimoni i compromís'.
La consellera de Justícia cerrará el homenaje con la inauguración de la exposición 'El camp de concentració per a dones de Ravensbrück', que repasa a través de 18 plafones la historia Grangé, su tía, Elvira Ibarz, y su prima, Maria Castelló. La muestra está producida por el Amiscal de Ravensbrück y cuenta con la colaboración del Memorial Democrático. Se podrá visitar hasta el 6 de octubre en el Molí de l'Oli-Casa Mauri de la Pobla de Segur.